Charla entre dos: un atropello, una sincronía y la sal de la vida

─¿Tuviste miedo?

─Todo el tiempo tuve miedo, pero además tuve que aceptar que nunca iba a volver a ser la que era antes del choque

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Como me muevo en bici todos los días, recuerdo con detalle aquella noticia de una chica que fue brutalmente atropellada por una conductora de auto mientras circulaba en bicicleta por la costanera de Rosario. También supe, más o menos por esa fecha, que la hermana de un amigo que hace mucho que no veo estaba internada y muy grave. Recién un año y medio después, haciendo entrevistas sobre movilidad urbana, una amiga que sabe mucho del tema me dijo: “Hay alguien con quien valdría mucho la pena que charles, ¿conoces la historia de Agustina? Tiene un blog y escribe hermoso”. Leí su bio y uní a la escritora, a la hermana de mi amigo y a la víctima del atropello: eran la misma persona.

Carl Gustav Jung habló por primera vez de un principio al que llamó sincronía y que definió más o menos como una mezcla fortuita de acontecimientos. No todas las personas creen en la sincronía y prefieren pensar que estas conexiones de energía son por pura casualidad. Como sea. Después de esta triple conexión quise ver a Agus y nos reunimos a tomar un café a fines de noviembre del año pasado. La intensidad de su historia y el modo precioso en que la contó, las conclusiones y los aprendizajes que me compartió hicieron que mi trabajo se vuelva muy complicado. Cada vez que me sentaba a escribir, solo quería copiar y pegar e incluir absolutamente cada palabra de la entrevista. No había lugar para mí en esa historia, no había nada que agregarle, ni contexto, ni introducción, ni reflexión, ni historia paralela. Así cruda, como estaba desgrabada, era la mejor versión posible. Solo de ese modo podía llegar a ustedes como me llegó a mí. Tres meses después y en pleno aislamiento para evitar el desparramo del coronavirus, les comparto la historia de Agus.

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Un sábado húmedo de marzo estábamos en casa con Salvador, mi marido y como estaba un poco aburrida de la comida que veníamos comiendo le propuse salir a almorzar. Salva me respondió que mi propuesta era mitad capricho, mitad vagancia y que podíamos cocinar algo. Como una solución de compromiso decidimos salir a comprar pastas y cocinarlas en casa. Y eso es lo último que me acuerdo. En mi siguiente recuerdo estoy internada en el Hospital de Emergencias Dr. Clemente Álvarez (HECA), tres días más tarde

Después de almorzar salieron cada uno en su bici, a pasar un rato al parque. Por lo que le contaron los abogados que vieron la filmación de una de las cámaras del lugar, iban circulando por calle Illia hasta que más o menos a la altura de Moreno había un auto estacionado en doble fila. Ese es el primer auto en infracción y no está involucrado en la causa porque nunca sabrán de quién fue. Cuando Agus se adelantó al auto parado, otro auto que venía circulando muy rápido la atropelló: la chocó, Agus se subió al capó, al parabrisas, rodó por arriba del techo y cayó por atrás. La mujer que lo manejaba se dio a la fuga e intentó justificarse diciendo que no se dio cuenta de que era una persona la que rodó por su auto, sino que pensó que podía ser una piedra y que salió rápido por si le estaban por robar. Tres días más tarde se presentó por su cuenta en la fiscalía. Agus no quiso leer el informe del fiscal, pero supo que la conductora del auto dijo que estaba muy apurada para llegar al cine

Salva entró en un shock terrible. Mi cabeza sangraba mucho y empecé a convulsionar. Él me sostuvo y empezó a pedirme: mi amor no te mueras, mi amor mi amor mi amor. Cada tanto le vienen unos flashes de ese momento. Por suerte, era de día y estábamos en un lugar súper concurrido, entonces la gente llamó a la policía y a la ambulancia. Me operaron esa misma noche.

Cuando llegó al HECA, además de fisuras, abrasiones y el traumatismo, tenía un hematoma haciendo presión sobre la membrana que cubre el cerebro que, de no drenarse de inmediato, podía desencadenar daños irreversibles: en el caso de Agus, el daño podía darse en el sector del cerebro que dirige a los pulmones y al corazón. Le hicieron una craneotomía de urgencia. 

Te abren como una ventanita en el cráneo y te drenan la sangre acumulada. Hay una anécdota de ese momento. Cuando me estaban por hacer la cirugía, los cirujanos preguntaron, ¿esta chica viene de una fiesta? Porque al parecer tenía la panza súper inflamada. Así que aprendí que no hay que almorzar ravioles. Y hasta el día de hoy es,  «Agustina: ¿cuántos ravioles te comiste?»

La craneotomía salió bien. 

Después del HECA, la trasladaron a otro sanatorio en el que estuvo internada durante dos semanas, pero cuando le dieron el alta no pudo volver a su casa: no podía caminar, estaba acostada en la cama y se caía de costado de tanto mareo. Tenía muchísimos problemas de equilibrio. Tuvo un montón de conversaciones de las cuales no tiene registro, todos los días volvía a preguntar las mismas cosas

Yo siempre tuve una memoria extraordinaria. Viste cuando le decís a una persona hacer tu gracia, bueno, la mía era esa: me acordaba de cosas ridículas, números de documento de gente que había guardado en mi memoria porque era la contraseña del Wi-Fi. Entonces era: «Dale Agus, hacé tu gracia, ¿qué hicimos el 12 de octubre de 2004?» y yo empezaba a detallar el registro. Para mí perder la memoria, fue más que eso, fue una pérdida de identidad.

Agus es Licenciada en Letras. Después del choque le resultaba imposible tener una conversación con una persona. Se agotaba. Su cerebro o no arrancaba o se cansaba muy rápido.

Me dí cuenta de que el cerebro es todo. Y para mí que siempre disfruté de la labor intelectual. El tipo de trabajo que siempre hice tuvo que ver con leer y analizar y no podía ni leer una película porque el cerebro no me lo permitía. Todas las cosas que me habían hecho a mí quien yo era, quien me gustaba ser y quien me salía ser, estaban todas suspendidas

La rehabilitación tuvo mucho del tipo de rehabilitación y los cuidados que lleva adelante una persona que sufre un accidente cardiovascular (ACV). Es necesaria una buena contención emocional para no abandonarla: es dolorosa, es frustrante y muy cansadora. Los resultados se ven a largo plazo y se sabe de antemano que no se va a volver al estado inicial, por eso es muy fácil abandonar. Durante un tiempo largo no supo a priori si la mayoría o alguna de sus capacidades iban a volver 

Me había vuelto súper irreverente. Creía que todas las construcciones sociales de jerarquías, de logros, de tiempos y de gente con doctorados, en realidad no importaban, porque todos nos íbamos a morir. Pensaba todo el tiempo en términos de vida o muerte y cómo había construcciones culturales a las que yo le había dado muchísimo peso identitario y que de golpe si me moría, ninguna importaba. No saber cuáles de mis capacidades iban a volver ni cuándo ni cuánto tiempo iba a estar así, me hacía pensar: si esto es tan largo y difícil, hubiera sido más simple no sobrevivir. Me acuerdo de pensarlo un montón: «¿Para qué sobreviví?»

Y frente a ese cuestionamiento la única respuesta de los médicos era que tuviese paciencia

En ese momento tomaba 28 pastillas por día. Ellos me pedían paciencia y yo les decía: lo más importante que necesito no me lo están recetando porque no se sintetizan en un laboratorio. Me dan este millón de cosas, pero lo más importante lo tengo que producir yo

Pasó de tomar 28 medicamentos diarios a tres. De los cuales dos de ellos espera poder dejarlos. Y uno solo es probable que tenga que tomarlo de por vida, que es el anticonvulsivo. Por el tipo de daño neurológico, cuando el tejido se regenera, se regenera con cicatrices, igual que la piel. Esas cicatrices pueden ser convulsivas. Además, le quedaron algunos problemas de equilibrio y tuvo que aprender a evitar toda situación que la maree. Cuando tuvo un poquito de independencia, no podía caminar sola por la vereda. Primero se perdía y no entendía dónde estaba y después por el estrés postraumático: no podía ver autos ni escuchar una bocina porque empezaba a gritar. El neurólogo fue claro cuando le anticipó que su vida nunca iba a ser como si no la hubiesen atropellado

Creo que hizo hincapié en eso porque yo estaba todo el tiempo haciendo pequeños lutos por las vidas que había planeado vivir. Viviré otras sí, pero ya no soy la persona que podría haber sido si esto no hubiera pasado. De algún modo nos pasa a todos, envejecer es resignar posibles identidades pasadas y envejecer es no morirse joven. Y tiene la pena de la perdida de la persona que eras, la que podías haber sido, una resignación que cualquier persona que envejezca en la mejor de las condiciones tiene que hacer igual, pero además es una celebración de otra oportunidad, de otro día. Otro día que puede ser una noche con amigos que te están respaldando para que sientas un poquito la sal de la vida y te des cuenta de que cuerpo funciona y que tu mente funciona y que la gente te quiere. O puede ser también un día terrible donde te duela la cabeza y te marees y te caigas de la cama y tu equilibrio falle. Pero es la oportunidad de eso y la alternativa es la falta de oportunidad, tanto de las experiencias maravillosas como de las terribles. Me podría haber muerto y ya estaba. Ahora tengo la oportunidad de sufrir un montón y celebrar un montón también. Y eso es algo que espero no se me olvide. 

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En este momento en que la gran mayoría de la población mundial está aislada en su casa, con las fronteras cerradas, los vuelos cancelados, con nuevas reglas de ingreso y permanencia en mercados y farmacias, sin poder salir a caminar o a andar en bici, ni a visitar a nuestras familias o amigos, podemos hacer conscientes cuántas acciones de nuestro día a día damos por sentado. Eso que parece una frase trillada y que en este momento la escuchamos y leímos en todos lados, fue de lo que me habló Agus hace un par de meses atrás, sentadas en un bar del centro de Rosario sin vísperas de que una pandemia de estas dimensiones estuviese en camino. Hace mucho que nos viene pasando a nivel individual, cuando somos protagonistas o cuando habitamos historias como esta porque alguien nos comparte sus reflexiones. Hoy nos está pasando a nivel colectivo. 

¡Qué manera de dar todo por sentado! Digerir, por ejemplo. Despertarme y que el problema sea «me da fiaca salir de la cama», en vez de «estoy tan mareada que no sé si puedo salir de la cama». No siempre estamos conscientes de la fortuna que es tener tiempo en la Tierra y capacidad. Yo estaba re contra acostumbrada a despertarme y que se me encendiera el cerebro, hasta que dejó de suceder. Estaba re mil acostumbrada a pararme y caminar hasta el baño, hasta que no pude. A que no me doliera el estómago todos los días, a que no gritara de noche sin parar. Y como estaba acostumbrada a que todo funcionara correctamente, mis exigencias y mis dolores pasaban por otro lado. Me comparaba con otras personas que hacían las cosas mucho mejor que yo. Sí, a mi me funcionaba el cerebro y yo podía leer y entender, pero mirá este otro cómo escribe y lo genial que piensa y cómo habla. Y después me di cuenta de un montón de facultades que no había apreciado. Esas cosas yo las tenía, pero no las veía. Y uno no puede vivir todo el tiempo sumido en la introspección y llorando de emoción porque giras una canilla y sale agua potable. Pero tampoco girar la canilla, mirar el agua y pensar que todo está mal en tu vida todo el tiempo. Y no apreciar lo que es maravilloso nunca. 

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Agus tiene un blog que se llama Excipientes: cantidad suficiente en donde escribió varios textos con reflexiones inteligentísimas a raíz del choque y uno de ellos trata de esta absurda manera de pensar de los humanos de que «a nosotros nunca nos va a pasar». De eso también me habló.

Una de las cosas que creo es que pensamos que nunca nos va a pasar. Que le pasa a gente mala o desconsiderada y no pensamos que nuestras acciones pueden tener consecuencias fatales. Lo que me pasó a mí, me lo hizo una persona y su distracción y me lo hizo una infraestructura y un error y una serie de decisiones ajenas a mi, pero no ajenas a cualquier ser humano. Porque sí es peligroso, pero ¿para quién es peligroso? Cuando en realidad el hecho en sí es peligroso. Y eso no significa que cada vez que estás manejando un auto estás a punto de matar a una persona, pero cada vez que estás manejando un auto podés matar a una persona. Y creo que en eso hay un problema grave y es la falta de incorporación de la responsabilidad a nivel individual. No sé si somos conscientes que en un segundo podemos terminar con la vida de alguien, por una distracción, sin intención ni deseo, porque estaba yendo al cine y me di vuelta para hablarle a mi hijo que estaba en el asiento de atrás. Que eso signifique la vida entera de esa persona y la totalidad de lo que esa persona es para su familia y para su pareja y sus amigas y todo, por el hecho de que, me estaba desplazando de este modo. Creo que es un problema grande no asumir que esto pasa. Por qué algo que es tan poderoso como conducir un auto, se ve como algo tan ligero y sin consecuencias y todo el mundo lo puede hacer. Terminas la secundaria y agarras un auto. No lo hacemos con ninguna otra cosa. Es como un ritual de paso en la maduración y en ciertos grupos hasta obligatorio e inevitable. Y hoy, ¿qué implica comprarse un auto? Es independencia, pero también es éxito. Es raro que tenga ese lugar y que nadie lo cuestione.

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Su neurólogo se lo dijo un montón de veces: había probabilidades muy altas de que se muera. En el 95% de los casos de choques de similares características la persona atropellada muere en el momento del impacto, después, el riesgo de atravesar una cirugía tan compleja y por el tipo de traumatismo, en caso de superar las dos primeras instancias, la posibilidad de quedar hemipléjica o laberíntica de por vida. Eso era lo más común. 

Cuando todo el tiempo te están diciendo que tu supervivencia fue muy improbable, entonces si sobreviví tengo que hacer algo con eso. Y a medida que pasaba el tiempo y la rehabilitación estaba dando sus frutos había momentos en los que decía: «Ah! Si yo me hubiese muerto esto no lo hubiese vivido y creo que la vida pasa por acá». Y no son las cosas por las que trabajo. Pero hace poco pude volver a andar en bici con unos amigos que me contuvieron como un escuadrón, íbamos cantando y festejando y entonces sentí que era por ahí: que la vida es para sentirse conectada con otra gente, sentir el viento en la cara, la ciudad de noche.

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Hasta que se cumplan dos años del choque no voy a saber los resultados definitivos de mi rehabilitación

Esos dos años se cumplen hoy: 24 de marzo de 2020. 

Agustina con la cicatriz que dejó la cirugía dibujada como un ornamento

{Va un gracias inmenso para Agus por compartir conmigo su tiempo y sus palabras y un abrazo fuerte con aplauso incluido por el esfuerzo y la voluntad con que llevó adelante estos setecientos treinta días}

*La foto de la portada es de Agustina, un año después del accidente, rodeada de las cajitas de los medicamentos que tomó.

Ambas fotos son de Agustina Gimbatti y Salvador Drusin

La odisea de vivir sin dolor

Hola. Recordame tu nombre para agendarte. Cualquier día vendrá bien. Arreglamos. Te cuento lo que sea. No tengo problema
[Hebe Viglione, 79 años]


Esta mujer de estatura media, pelo blanco y ojos azul profundo, habla como alguien joven, muy joven. Sin embargo, con sus casi ochenta años cuenta sin reparos, sale al aire en programas de radio y televisión y recibe en su casa a periodistas que le preguntan sobre el aceite de cannabis. Sabe que la policía no va perseguir a una abuela – es abuela de tres –  y sabe también, que desde su última cosecha dispone de aceite suficiente para ocho meses más. Está sentada en su escritorio, en la parte posterior de su casa, el único espacio que calefacciona en invierno – ¿Querés un café? – me pregunta y camina hacia la derecha donde está la cocina; a la izquierda un ventanal me permite ver el jardín donde ella misma siembra una gran variedad de plantas. Mientras bate café instantáneo, cuenta su historia y le da voz a otras personas que a pesar de sentirse amedrentadas, consumen desde la clandestinidad, porque comprobaron en carne propia que el aceite de cannabis no cura, pero quita el dolor, y que una vida sin dolor es fundamental.

Hebe padece de artritis reumatoidea, un trastorno inflamatorio crónico que afecta el revestimiento de las articulaciones. Se trata de una enfermedad autoinmune: es el mismo sistema inmunitario del paciente el que ataca por error los tejidos del cuerpo, como si fueran células malignas. Con los años, esta enfermedad produce erosión ósea y deformidad. Hebe fue operada de ambos pies por fracturas espontáneas con dolores enloquecedores y de ambas rodillas que llevaron a largas rehabilitaciones. Llegó al punto de no poder estar sentada más de media hora y dormir como máximo una hora por noche. En una conversación por Skype, su nieta que vive en Alemania le recomendó que se acercara a la Asociación Rosarina de Estudios Culturales (AREC): “Cuando fui, todavía no habían visto a ningún artrítico, así que empezamos a ver qué se podía hacer, qué dosis podía consumir y no dejé más, encontré la solución”, recuerda Hebe. Fue el 8 de junio de 2016, 34 años después de saberse artrítica, cuando se enteró que una planta sería su remedio.

El cannabis es la droga ilegal más popular del planeta. El documental “En pocas palabras: Hierba” disponible en Netflix revela que la prueba más antigua del uso de cannabis como droga se encontró en una tumba de 2700 años de antigüedad ubicada en Asia Central. En una primera instancia y en lugares con climas más fríos surgió el cáñamo, una versión de la planta sin efectos psicoactivos que se cultivó en distintas partes del mundo. Se utilizaba para la confección de ropa, sogas, velas, comida, papel, material de construcción, combustible, entre otros usos. En cambio, en los climas más templados había una variedad más psicoactiva que fue viajando a otras partes del mundo y adaptándose a los nuevos ambientes. Primero se esparció por Medio Oriente donde el hachís, una pasta de resina de cannabis, se convirtió en un estupefaciente comestible. Luego viajó a la India donde pasó a ser una bebida sagrada. Emigró hasta África, donde se usó como medicina y para estimular el coraje antes de la batalla, hasta que, finalmente, los comerciantes de esclavos la llevaron a América.

El químico psicoactivo principal del cannabis se llama THC o tetrahidrocannabinol y es el responsable de la analgesia y de ciertos cambios en la percepción. El segundo químico principal es el cannabidiol o CBD, que es el que reduce la ansiedad. Pero el cannabis tiene además otros 100 compuestos que afectan al cuerpo llamados cannabinoides. Hace unos años atrás, investigadores concluyeron que los humanos y los animales en general (a excepción de los invertebrados) producen muchos de estos químicos de modo natural y tienen – tenemos – receptores dispersos por todo el cuerpo: están relacionados con la regulación alimenticia, la cognición, las habilidades motrices finas, el olvido y la reducción de estrés. Son un total de 400 compuestos activos los que le dan a cada planta un perfil químico único. “Hay cientos de cepas, se puede comparar con las vides. Como determinada cepa mezclada con otra da lugar al merlot o al malbec, lo mismo pasa con el cannabis. Y va a depender de la enfermedad que se trate la decisión de utilizar o no THC o CBD y en qué porcentaje. Con la gente de AREC conseguimos que la Facultad de Bioquímica y Farmacéutica de la Universidad Nacional de Rosario nos haga los análisis del aceite, para saber con exactitud qué es lo que consumimos”, explica Hebe Viglione. 

Los síntomas de la artritis son: dolor agudo intermitente al estar parado, sentado o acostado, en articulaciones del cuello, dedos, espalda, manos, muñecas, rodillas, cadera y tobillos. A esto se suma el mal humor por la incapacidad de hacer, la incapacidad de planificar y frustración, mucha frustración. Hebe me explica que, desde que fue diagnosticada, hizo todos los tratamientos del dolor que tenía a disposición, visitó médicos y kinesiólogos, probó distintos fármacos. “Tengo un dedo que nunca más va a volver a ser normal y no me importa el aspecto que tenga, ya no me duele”, expresa. Sobre la medicación agrega que, en enfermedades crónicas como la suya, después de un determinado tiempo, el organismo se agota y no reacciona más y ahí es cuando empiezan otro tipo de problemas: complicaciones esofágicas o renales con controles regulares de la sangre y el miedo siempre latente a terminar en diálisis. “Cuando empecé con el grupo casi no podía salir de mi casa, mi entrenador me ayudaba, tenía un dolor espantoso. Y fue una experiencia nueva, pero no era oficial, más bien ilegal, así que fue complejo”, recuerda. “Me advirtieron que demoraba mas o menos un mes. Empecé tomando una gota a la mañana, una al mediodía, una a la tarde y dos gotas a la noche. Lo primero que noté a las tres semanas es que dormía más tiempo, que no me despertaba tantas veces a la noche, hasta que mas o menos a los seis meses noté una cierta distención muscular y, por último, la disminución del dolor”.

Hebe es doctora en historia, fue docente e investigadora miembro del Consejo de Investigaciones de la Universidad Nacional de Rosario, del que se jubiló recién a los 75 años, porque estaba cansada de corregir tesis de alumnos «que escribían con el lenguaje de los mensajes telefónicos». “Siempre me dediqué a la historia de la población, a la demografía histórica”, me cuenta y entonces entiendo por qué la pared que está detrás de ella está llena de libros, muchos de ellos bastante antiguos. “Antes de que llegara Colón las culturas antiguas tenían sus propios remedios” – dice mientras mira en su mano derecha el dedo anular que quedó rigido y encorvado hacia arriba – “hoy, en cambio, tenemos una pastilla que se vende en la farmacia, pero si le prestás atención a su composición, vas a ver que tiene el derivado químico del romero o del sándalo. O, por ejemplo, la infusión de corteza de sauce que te da el mismo resultado de una aspirina, porque Bayer la sacó de ahí, de los indios que lo usaban para bajar la fiebre”. La medicina positivista negó, en gran parte, todo ese saber previo y el consumo de marihuana, que era libre en los años sesenta, ahora es un delito: “En la facultad se fumaba libremente. Así como yo le daba de mamar a mi hija y nadie me decía nada, hoy capaz ven a una mujer dándole de mamar a un chico y se asustan. Yo creo que en estas cosas retrocedimos mucho”, concluye.

El artículo 77 del Código Penal Argentino aporta una definición que no define nada: “El término estupefacientes comprende a los estupefacientes psicotrópicos y demás substancias susceptibles de producir dependencia física o psíquica, que se incluyan en las listas que se elaboren y actualicen periódicamente por decreto del Poder Ejecutivo Nacional”. En esa lista hay 328 sustancias, entre las que se encuentra el cannabis, su resina, extractos, tinturas, aceite y semillas. “En nuestro país, lo relacionado con estupefacientes está regulado por la Ley Nº 23.737, sancionada y promulgada en el año 1989”, explica el Dr. Daniel Machado, abogado penalista (Mat. L48 F223) y adscripto a la cátedra de Penal II de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica Argentina. “Esta ley criminaliza de forma inconstitucional el consumo personal de estupefacientes, vulnerando el derecho a la salud de las personas con problemas en adicciones, así como también el ámbito de autonomía personal que establece el art. 19 de nuestra Constitución”, agrega. Constitución Nacional Argentina, artículo 19: “Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados”. Orden, moral pública, terceros, Dios, magistrados.

A lo largo de su historia, esta materia tuvo vaivenes jurisprudenciales, que es igual a decir que los jueces la interpretaron de modos diametralmente opuestos. Son tres fallos los que fueron marcando esos caminos contrapuestos: en Bazterrica (1986) la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN) falló en contra de la penalización de la tenencia de marihuana para consumo personal; en Montalvo (1990) la CSJN falló a favor de la penalización del consumo personal y en Arriola (2009) la CSJN volvió a fallar en contra de la penalización del consumo personal. “Desde el fallo Arriola se dictaron tres leyes con una mirada no punitiva: el Programa Nacional de Educación y Prevención sobre las Adicciones y el Consumo Indebido de Drogas dependiente del Ministerio de Educación (2009), la Ley Nacional de Salud Mental (2010) y el Plan Integral para el Abordaje de los Consumos Problemáticos (2014). Sin embargo, a pesar de los avances en la materia y de una mirada no prohibicionista en auge, la ley Nº 23.737 continúa vigente y aunque la mayoría de las causas por tenencia simple de drogas son desestimadas por los jueces, los consumidores se enfrentan a la detención policial selectiva e ilegal, a extorsiones por dicha fuerza de seguridad o a demoras en comisarías, con el solo fin de alimentar las estadísticas de la “guerra contra las drogas” ya que estas situaciones se consideran violaciones a la ley de estupefacientes”, explica el Dr. Machado. 

En agosto de este año se cumplieron diez años del fallo Arriola y la ONG Reset presentó un spot para denunciar que luego de dos años de la sación de la ley Nº 23.750 (2017) que creó el Programa Nacional para el Estudio y la Investigación del Uso Medicinal de la planta de Cannabis, no hay elaboración local de compuestos y el programa está desfinanciado y limitado a una única enfermedad: la epilepsia refractaria. “Por su parte, la provincia de Santa Fe sancionó la ley Nº 13.602, que estableció la incorporación al sistema de salud pública de una serie de medicamentos a base de cannabis. Si bien la ley provincial es más amplia, porque incluye otras patologías, tampoco contempla el autocultivo”, explica el Dr. Daniel Machado. Respecto a la posibilidad de importación del cannabis, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología médica (ANMAT) también limitó la autorización para casos de epilepsia refractaria en niños y jóvenes adultos. 

La palabra epilepsia en su etimología significa interrupción brusca. Desde el punto de vista médico es un desequilibrio en la actividad eléctrica de las neuronas que deja una predisposición a padecer convulsiones recurrentes con consecuencias neurobiológicas, cognitivas y psicólogicas. Se trata de episodios breves de movimientos involuntarios que pueden afectar a una parte del cuerpo o a su totalidad y a veces se acompañan de pérdida de la conciencia. Se denomina refractaria cuando el tratamiento médico anticolvusivante no logra detener las crisis. “Durante el período de medicación tradicional, Felipe no controlaba sus crisis, fue recién a partir del consumo de aceite de cannabis que las crisis desaparecieron”, explica Natalia Mola, mamá de Felipe, que hoy tiene seis años y ya lleva un año y medio sin rastros de epilepsia. El tratamiento con fármacos tradicionales no solo no controlaba las convulsiones, sino que además tenía efectos secundarios que trastocaban su vida: carácter irritable, falta de sueño, falta de hambre, inestabilidad anímica. 

Natalia Mola cultiva cannabis y es la presidenta de la organización “Madres que se plantan”. Natalia Mola es una madre que planta. Este grupo de ocho madres de niños con diversas patologías o dolencias – parálisis cerebral, epilepsia refractaria, cuadriplejia, síndrome de asperger – se presentó el año pasado ante el Juzgado Federal Nro. 2 de la ciudad de Rosario, a cargo de la Dra. Sylvia Arramberri con el fin de obtener la autorización judicial para autocultivar y producir aceite de cannabis. “En el planteo judicial se interpuso un amparo contra el Estado Nacional, con la pretensión de que se ordene el suministro de aceites cremas y materias vaporizables de canabbis en cantidad de cepas suficientes, indispensables para la correcta atenuación de las patologías y dolencias que sufren sus hijos. Además, y como medida cautelar, solicitaron que se las habilite al cultivo de cannabis, en sus respectivos domicilios, en la esfera de su intimidad y al resguardo de terceros, con fines de consumo medicinal para sus hijos menores, todo ello en coordinación con el laboratorio de análisis de la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéutica de la Universidad Nacional de Rosario y manteniendo la asistencia profesional de la Asociación de Usuarios y Profesionales para el abordaje de Cannabis (AUPAC)”, comenta con precisión el Dr. Machado. 

La jueza de primera instancia falló a favor del pedido y autorizó a las madres el cultivo y producción del aceite. «Estoy sumamente aliviada y contenta, porque hasta el momento estábamos desamparadas», expresó Natalia al medio rosarino Rosario3.com. A pocos días y antes de su confirmación, un fiscal de oficio presentó un recurso de apelación ante la Cámara Federal de Apelaciones, la que por votación dividida revocó el fallo de primera instancia, dejando a las madres frente a un desamparo legal y con la posiblidad de ser configuradas dentro del delito de narcotráfico. El fallo de segunda instancia es, si se puede, incomprensible: por un lado permite a las madres el autocultivo de la planta de cannabis, pero por el otro les prohibe la producción del aceite. “Lo central es que las madres pueden seguir haciendo el autocultivo pero no pueden fabricar el aceite porque es un medicamento, y tiene que elaborarse como tal, con las normas de ANMAT, y las que establece la policía sanitaria del Estado Nacional”, explicó a los medios locales Jesica Pellegrini, representante legal del grupo. «Nos dieron una alegría y ahora volvemos a donde estábamos antes. No hay ninguna ley que nos proteja. Nos pueden juzgar y castigar como si fuéramos narcotraficantes «, lamentó Natalia Mola ante el periódico Pagina12. Frente a esta situación las madres presentaron un Recurso Extraordinario Federal para que la Corte Suprema de Justicia de la Nación resuelva definitivamente la situación. “Lo cierto es que hoy en día la cautelar se encuentra vigente, el caso pasó a la Corte Suprema de Justicia y hasta que lo defina podemos plantar y seguir produciendo aceite”, explica Natalia.

La Organización Madres que se Plantan surgió a partir de la presentación del amparo colectivo. “Había mucha gente con curiosidad y necesidad de recibir información y asesoramiento. Y si bien somos nuevas y no tenemos bien definido cuál va a ser el futuro de la organización, sí tenemos en claro que el objetivo es contener y ayudar a las personas que se acercan porque es el mismo camino que hace un tiempo transitamos nosotras”, explica Natalia. La red de ayuda surgió a partir de la necesidad de mucha gente que tiene dudas, miedo, consiguió un aceite y no da resultado, quiere saber dónde comprar semillas o aprender a cultivar o a producir el aceite. Pero este trabajo en equipo va más allá: “También se acercan personas que no saben dónde ni cómo se tramita el certificado de discapacidad, qué cubre, hay una gran desinformación. No hay nadie que te contenga ante un padecimiento de salud, ni que te explique cuáles son los caminos a seguir y uno no nace sabiendo cómo se aborda un tema de discapacidad en la familia”, agrega Natalia. Algo similar sucede en el caso de AREC: “En un comienzo, nos reuníamos mensualmente y aprendíamos a hacer el aceite. Hoy el grupo se reúne pocas veces, porque ya tenemos bastante practica, pero hay gente capacitadora que enseña a producir, hay médicos alopáticos que asesoran, es como una red solidaria y si a alguien le falta algo colaboramos entre todos”, explica Hebe.

El reporte mundial de drogas (Global Drug Report[5]) de 2016, realizado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) determinó que el consumo global de cannabis es del 3.8 porciento de la población mundial: un total de 182.5 millones de personas, algo así como la población argentina multiplicada por cuatro. Los Países Bajos fueron los primeros del mundo en permitir el cannabis como fármaco de prescripción en las farmacias para el tratamiento de una gran variedad de enfermedades. Se vende un máximo de cinco gramos por persona y existen pequeños espacios de acceso público, llamados coffeeshops, donde está permitido fumar. Canadá es el segundo país del mundo, después de Uruguay donde es legal el consumo recreativo de marihuana. La ley uruguaya fue pionera en el mundo al legalizar y dejar en manos del Estado la producción, distribución y venta controlada de la marihuana. En Chile no está prohibido el consumo en pequeñas cantidades, pero sí el cultivo. En Estados Unidos, unos treinta estados  permiten el uso de la marihuana medicinal y en nueve de ellos se puede vender y consumir marihuana para uso recreativo de forma legal.

Desde la Organización de Naciones Unidas aseguran que la experiencia adquirida con el consumo de alcohol y tabaco parece indicar que la legalización del cannabis con fines medicinales provocaría que las personas consideren menos los riesgos de consumirlo y aumente la posibilidad de que caiga en manos de menores de edad. La Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) dio a conocer a principios de este año un informe que describe una serie de consecuencias del consumo de marihuana: intoxicación, trastornos de conciencia, trastornos de percepción, ataques de pánico, alucinaciones, reducción de la capacidad para conducir. Hay efectos adversos a corto plazo y hay efectos psicosociales a largo plazo del consumo habitual de cannabis. El neurólogo infantil, Dr. Santiago Galicchio declaró en el marco del amparo presentado ante la Justicia Federal de Rosario que los estudios científicos disponibles están realizados en base al aceite “Charlotte”, un aceite de cannabis importado de Estados Unidos, y que todo lo que es casero no está acompañado de ningún estudio científico, lo que no significa que no sea beneficioso para algunos pacientes.

“El problema es la burocracia de los tiempos de la justicia y de las leyes, que poco tiene que ver con los tiempos de la salud de las personas. Además, hay muchas trabas de intereses económicos de laboratorios, de empresas farmacéuticas y calculo que el tema es ese, determinar a quién le autorizan este gran negocio que va a generar mucho dinero, como lo esta generando en Uruguay y en Chile”, expresa Natalia. “El resultado, en cualquier caso, es que los problemas de miles de millones se transforman en un texto que sólo entienden unos pocos, mientras la mayoría se queda sin saber de qué va la cuestión. En síntesis: el burócrata funciona como una barrera contra el conocimiento generalizado – la forma más fecunda de conocimiento”, dice Martín Caparrós en su libro El Hambre. La demora en la reglamentación hace que los que necesitan el aceite vayan a buscarlo a lo que llaman mercado negro: “No sabemos qué tienen los aceites truchos o del mercado negro, lo que sí es probable es que tenga otras cosas que son perjudiciales como, por ejemplo, algún derivado del petróleo. El proceso de las hojas al aceite requiere paciencia, tiempo, productos originales, determinado tipo de alcohol, filtros de determinado tipo de algodón y no se puede saber si lo hacen de ese modo”, agrega Hebe. “Lo que sucede es que realmente funciona. Hace cuatro años me operaron un pie y lo llenaron de clavos, la rehabilitación me costó tres meses. Cuando me operaron la rodilla, yo ya estaba tomando el aceite y la rehabilitación me llevó un solo mes, porque podía hacer los ejercicios que me pedían – explica – no te produce acostumbramiento, a veces viajo y me lo olvido y no lo tomo. La gran diferencia con la medicación tradicional para dormir es justamente que no te volvés adicto. Si no lo tomas, no te pasas la noche con los ojos abiertos. Y, además, en mi caso el consumo de aceite provocó la reducción paulatina de remedios convencionales, en este momento no tomo ningún fármaco”, concluye Hebe.

Cannabis, marihuana, marijuana, hachís, yerba bruja, porro, hierba, faso, chala, cáñamo, marimba, maría, oro verde, flores, matuja, paraguayo, maconia, yerbagüena, joint, weed, pot, maryjane, ganja, churro, chespa, bang, hierba santa. Y sigue el elenco de nombres con que se apoda a esta planta alrededor del mundo. “Para no morirme de angustia tengo que creer que, en los próximos cuatro años, lo vamos a tener aprobado. Hay muchos médicos interesados y ya es el segundo año que la Facultad de Medicina da cursos anuales sobre terapéutica relacionada al cannabis. Para mí fue un cambio brutal y quiero que otros lo disfruten”, dice la mujer que con 79 años continúa siendo parte de proyectos valiosísimos para la conservación de la historia de la población mundial.

Felipe está sin episodios de epilepsia. 

Hebe duerme entre seis y ocho horas por noche.

El aceite de cannabis no cura, pero quita el dolor y una vida sin dolor es fundamental.-


El desafío de convivir en el río más extenso de la Argentina

En el río hay prioridades. Reglas que alguien escribió para que primero pasen unos y después otros. En el río, la prioridad no depende del tamaño, sino de la capacidad de maniobra. El kayak tiene prioridad ante las lanchas, pero no ante los veleros. Y los buques tienen paso prioritario en el canal comercial. 

En el río, como en la calle, las prioridades no siempre se respetan. Así como el peatón frena para que el auto pase, los kayaks dejan paso a las lanchas por miedo a que los choquen. Gustavo Correu es nadador aficionado y asume que “la gente, como se comporta en la calle se comporta en el río”. Hay un orden de prioridad establecido y ante la duda, debe primar la razón, el respeto y la cortesía, dice el manual de buenas prácticas. Convivir el río quizás solo sea una cuestión de comportamiento.

El nadador que no regresó

El Turco salió a nadar a eso de las dos de la tarde de un miércoles de noviembre, cuando recién empezaba la temporada. Era un regalo que se hacía. Amaba el contacto con las aguas marrones del Paraná y aunque el río nunca es el mismo, parecía que después de tantos años se conocían. Entrenaba para una travesía junto con dos compañeros y los tres llevaban su torpedo reglamentario, un cono naranja fosforescente que los hacía visibles. Marcelo “Turco” Abram, periodista del diario La Capital y padre de Lucía, nadaba paralelo a la costa en la zona norte de Rosario, cuando una lancha lo pasó por arriba. Tenía 51 años.

Los números del agua 

El Paraná es una de las principales reservas de agua dulce del mundo. Es el río más extenso de Argentina y el segundo más caudaloso de Sudamérica, después del Amazonas. Nace en los estados brasileños de São Paulo y Minas Gerais y no pasa desapercibido: moviliza un caudal de 16 mil metros cúbicos de agua por segundo, algo así como 480 millones de botellas de un litro volcadas en un contenedor cada minuto. Luego, baja por Paraguay y atraviesa el norte argentino hasta el Río de la Plata. En ese recorrido baña la costa de la ciudad de Rosario con un frondoso corredor de 116 metros de ancho. Durante el 2017, el sector rosarino del Paraná albergó a 5 mil buques comerciales y 35 mil barcazas y en los meses de verano sumó 31 mil  embarcaciones, entre motor y remo que junto a nadadores y bañistas confluyeron para disfrutar, desafiarse y sentir la naturaleza.

El remedio que llegó tarde

La falta de un protocolo de cruce y de un sistema de seguridad adecuado, sumado a la tragedia de Marcelo, convirtieron el cruce a nado del Paraná en una postal del pasado. Gustavo, un nadador aficionado, cuenta que antes del accidente, las prácticas se hacían en aguas abiertas y muchas veces los nadadores frenaban para dar paso a una embarcación deportiva. Después, se prohibió el cruce del canal y se habilitó el carril exclusivoComo la mayoría de las veces, la sociedad y sus jefes llegaron tarde. 

Claudio González, periodista de La Capital y compañero de redacción del Turco considera que la solución está “en hacer campañas de concientización hasta que la gente cumpla” o implementar la fórmula que rima pero parece imposible de alcanzar: educación, prevención y sanción. Hoy, cruzar el Paraná, implica sortear un flujo indeterminado de objetos y personas que circula en todas las direcciones. En ese escenario de desprotección, el compromiso y la responsabilidad de los involucrados parece ser el único norte.

La empatía, una habilidad que se aprende

Para convivir en el río, es urgente ponerse en el lugar del otro. Que el kayakista sepa qué va a hacer la lancha y, a su vez, que el timonel entienda cómo va a reaccionar el kayak. Pero para eso hay que formarse. “El río es muy lindo cuando está planchado, hay sol y no hay viento, pero en los días que el clima cambia de repente, hay que saber qué hacer”, dice Francisco Gerominez, instructor de kayak y profe de la escuelita Al otro lado del río. Francisco trata de no enojarse pero le molesta mucho el oleaje que generan las lanchas. Cree que es una desconsideración muy grande para los que van a remo y que es un poco de inconsciencia y un poco de ignorancia.

En Rosario, quien lo desee puede alquilar un kayak y salir a navegar porque no se exige ningún carnet. Algunos dicen que ahí está el problema y otros, que ese carnet solucionaría poco. En la calle, todos lo tienen, pero como en el río, las infracciones crecen, los accidentes ocurren y la convivencia se rompe.

Las reglas del juego

Cada actor juzga las fallas desde su perspectiva y busca proteger a su colectivo, pero todos coinciden en que el respeto por las reglas es otra de las claves de la convivencia. Jorge Suprun es práctico, y después de una larga trayectoria arriba de barcos de todos los tamaños, décadas de formación profesional, cientos de horas de entrenamiento y varios exámenes rendidos, conoce el Paraná como a él mismo. El práctico es un marino experimentado que asesora a los capitanes de los buques para entrar y salir en las máximas condiciones de seguridad. Jorge cree que solo se convive respetando las prioridades de paso, las zonas de prohibición de cruce y las zonas de fondeos. Para Jorge, el río es su mejor amigo, y como en toda relación, hay reglas.

Uno de los dos compañeros de Marcelo avanzaba concentrado cuando escuchó un ruido, vio una lancha acercándose y enseguida, los gritos de auxilio. Socorrió a su amigo junto con un guardavida y otras personas que ayudaron en la costa. La ambulancia nunca llegó. El Turco fue trasladado en una camioneta hasta el hospital Eva Perón, pero no fue operado. La hélice de la embarcación le había hecho demasiado daño. “Uno de los redactores hablaba con alguien por teléfono y nos dimos cuenta que era una mala noticia. Cortó y nos dijo a todos que el Turco había sido atropellado y que estaba muy grave. A la hora y media supimos que había fallecido”, recuerda Claudio, su compañero de La Capital. La causa se caratuló como homicidio culposo. 

La estructura del control

En el tercer piso de un edificio antiguo de color blanco, ubicado en la avenida Belgrano, está la Oficina de Control de Tráfico de Prefectura. Al entrar, un ventanal gigante deja ver al río de fondo. Seis pantallas muestran datos, varias personas chequean sus computadoras, un capitán de barco comunica su ubicación por radio. Ahí adentro, donde el silencio se escucha, pocos gestos alcanzan para comunicarse.

Es como un mundo aparte, donde todos saben lo que hacen. Supervisan su jurisdicción a través de radares durante las 24 horas y recolectan la información necesaria para prevenir a los capitanes de embarcaciones, a los clubes náuticos, a los muelles y a las guarderías. Alertan sobre las condiciones meteorológicas y el tráfico fluvial y prohíben la circulación cuando hay vientos fuertes o nieblas espesas. Ellos son el peaje que decide quién entra y quién no. Pedro Vila es el Jefe del Centro de Control de Tráfico y cuenta que ante la noticia de un accidente y aunque parezca evidente, lo primordial es ir al lugar del hecho y rescatar a la persona que esté en riesgo, el resto es administrativo y de esa segunda parte se desentienden.

En los meses de temporada alta, la Prefectura aumenta los controles para verificar que todos estén cumpliendo. Sin embargo, Pedro cree que más allá de las reglas, hay que apelar a las personas.

Cinco años y medio después de aquel miércoles 14 de noviembre de 2012 se dictó la sentencia definitiva: el timonel a cargo de la lancha que arrolló al periodista de La Capital fue condenado a realizar trabajos comunitarios durante dos años en el merendero “Centro de Buenas Noticias», a servir el desayuno en el barrio Quom y a asistir a un programa de reeducación para condenados por delitos viales. Graciela Chatlos, expareja del periodista y madre de Lucía, la hija de ambos, agradeció por las redes sociales a todos los que la acompañaron en estos años de lucha y espera, y le pidió a Marcelo que descanse en paz. Ya era hora. 

Hoy, en el lugar exacto donde fue atropellado Abram, hay un corredor exclusivo para nadadores que lleva su nombre. El Turco dejó la vida para que sus compañeros puedan nadar más protegidos. Todavía faltan medidas de seguridad y de control, pero sobre todo conciencia y compañerismo, para dejar de ser una sociedad dormida que solo se despierta frente al rigor. En el río, como en la calle, ponerse en el lugar del otro sigue siendo un desafío pendiente.

[Este texto fue publicado en el diario Red/Acción en Julio de 2019]

¿De qué hablamos cuando hablamos de sororidad?

Las italianas dicen sororitá, las francesas sororité y las inglesas sisterhood. Esta palabra que hoy suena más que nunca en los medios locales, se lee en las noticias y se escucha en los discursos de las legisladoras, va mucho más allá de la solidaridad y representa un cambio de paradigma para las nuevas generaciones. Luciana Peker, periodista de género y escritora, habló sobre la importancia de la sororidad como bandera y sobre Putita golosa. Por un feminismo del goce (Galerna, 2018), su reciente libro, en donde explica con agudeza las barreras y los mitos que ponen a las mujeres en contra de las mujeres.

Sorora, hermana, amiga, aliada. El término sororidad que deriva del latín sor y que se traduce como hermana, significa solidaridad entre mujeres y sugiere una ayuda mutua que genere cambios en en pos de un mundo más amable para todas. La solidaridad implica un intercambio que mantiene las condiciones como están,en cambio, la sororidad va más allá, ya que tiene como objetivo la modificación de las relaciones entre mujeres. La palabra se inventacuando se toma consciencia de que fraternidad, parte del slogan de la Revolución Francesa, tiene la raíz frater, que significa hermano.

La antropóloga mexicana Marcela Lagarde acuñó este término: Es una experiencia que conduce a la búsqueda de relaciones positivas con otras mujeres para contribuir con acciones específicas a la eliminación social de todas formas de opresión y al apoyo mutuo para lograr el poderío genérico de todas y el empoderamiento vital de cada una.

El libro

El nuevo libro de Luciana Peker reúne textos de género, ensayo, crónica y poesía. Está dividido en veintidós capítulos en los que se explaya sin reservas sobre los conflictos que enfrenta la lucha feminista. Con un título provocador revela al lector la violencia que a veces opera en el lenguaje. Saca a la luz estadísticas y datos, cita a un sinnúmero de periodistas de género y feministas de carrera, recomienda lecturas y le habla a la mujer nueva, en un momento de la historia donde los paradigmas establecidos fracasan y las reglas ya son otras. Peker denuncia la realidad de las mujeres, habla sin pelos en la lengua de lo que pasa, de lo que está mal pero es costumbre, de lo que lastima y de lo que no se dice, de los prejuicios y de las exigencias. Combate a capa y espada los mandatos, las teorías y los mitos heredados que sitúan a unas de un lado y a otras del otro. “Las mujeres hicieron una revolución. La hacen todos los días (…) El deseo es el núcleo de la autonomía feminista, comienza el manifiesto de la revolución de las mujeres.

La importancia

La sororidad entre mujeres se volvió indispensable: la cohesión y el apoyo mutuo sin que importen las diferencias. Se enseña que la peor enemiga de una mujer es otra mujer, que más vale nunca tener a otra mujer arriba, que las mujeres son complicadas y que es más fácil trabajar con varones. Peker afirma: Dicen que hay una mujer en la televisión, que llegó una mujer a la presidencia, que hay una mujer jefa, etc. En los casos que las mujeres no quedaron vedadas por completo de un espacio público o de poder, llegó solo una por sobre las demás. Era la idea de LA que llega y esa cerraba la puerta para que no entre ninguna más. Incluso, era común que las mujeres pidieran: quiero ser la única mujer en la mesa o en el programa de televisión. Ser la única, para configurar a la que llegabay, además, con una forma de actuar más o menos similar a como actuaban los varones, con niveles de agresividad o autoritarismo, para que no lleguen las otras. Y ahora proponemos una sororidad que es una hermandad, es todo lo contrario. Es querernos y ayudarnos, es confiar en la otra, es dejar de competir y además es llegar para que lleguen todas. Eso no quita las singularidades, hay que respetar los liderazgos y cuando una mujer se destaca hay que bancársela, que la sororidad no aplane.

Mujeres vs. mujeres

… la que perdona una infidelidad, la que vuelve con el ex que la maltrató o no le pasó la cuota de alimentos, la que le escribió un chat al pibe que le gusta y le clavó el visto o la que llora por untipo que vio dos veces pero que se le volvió un cielo de deseo que le nubla la vista, enumera Peker en Putita Golosa y dice que esas son las indignasy que siempre reciben su merecido. No solo de un hombre que puede partirles el corazón sino de una nueva categoría: las amigas retadoras. No hay piedad para el dolor. Ni empatía o comprensión por lo que la otra esté atravesando, por la historia que carga, por los prejuicios y las enseñanzas, por las luchas internas y las derrotas acumuladas. Las mujeres son las primeras en juzgar a sus compañeras de cuarto.
El feminismo mal entendido desplazó el espacio para llorar, el consuelo, el estar para la otra no solo en las buenas, sino en las malas. La pica femenina es real. Pero no inocente. Los medios muestran las malas relaciones y no las buenas. Un hombre le es infiel a una mujer y se matan entre ellas, se lee. Las sociedades sin tensiones – dice Luciana Peker – serían imposibles, inviables y aburridas. Pero la crispada riña entre mujeres desde niñas (con ese tono áspero, canchero y el cadereo que va surgiendo desde la más tierna infancia, por el peso de la educación por género) es, sin dudas, uno de los más asentados y menos cuestionados galardones machistas. A veces, son las mismas mujeres las responsables de que esto prolifere. La guerra intrafemenina debe acabar para que no cobre efecto el divide y vencerás.
En este intercambio Peker se explaya: Por un lado, somos muchas las que nos definimos como feministas pero que además defendemos la sororidad. Pero también hay mujeres que están en contra de las mujeres. No es lo mismo ser mujer que defender los derechos de las mujeres, ni por supuesto de la diversidad sexual y las banderas de género. Yo creo que hay que ser generosas, que hay que pensar en las jóvenes, que hay que pensar en las hijas, que hay que ser amplias, no egoístas y que hay que pensar a los derechos como derechos y no como un privilegio sobre las otras. Las que no elijan ese camino, que no lo elijan, pero sí decirles que no son parte del movimiento de mujeres. En el movimiento nos defendemos entre nosotras.

Madre e hija

Es importante y es urgente transmitirlo. Hacer que estas enseñanzas de cooperación y compañerismo estén presentes en el diálogo diario de la casa y del aula. Peker habló sobre la familia con cooperación: No hay una maternidad, sino muchas maternidades, así como no hay una mujer sino muchas mujeres y cada una vive la maternidad como puede, como quiere, como le sale. Yo formé una familia que llamo cooperativa con cooperación, en donde los hijos tienen derecho a recibir y no hay relación recíproca, si hay cooperación. Una idea de la circulación del trabajo doméstico compartido, que mi hijo haga la cena, que se rieguen las plantas, ver el trabajo como el aire que se respira en la casa, hay una cosa de compartir, donde no estamos en pie de igualdad, pero si una idea de cooperación en la casa.

La importancia de contar un viaje

Durante mucho tiempo creí que las personas viajaban para contar historias. De eso se trataban los viajes, al menos, en mi familia. No importaba a dónde estábamos yendo, si quedaba lejos o cerca de casa, si ya habíamos pasado otras veces por el mismo lugar, si era en auto, en colectivo o en tren; la tarea era siempre la misma: mirar afuera, prestar atención, aprender.

– Miren el camino, miren afuera, presten atención, aprendan – repetía papá cada vez que dábamos un cabezazo de sueño.

Dormir no era una opción. Jugar a las cartas, tampoco. Teníamos que aprender a contar el viaje y cuando volvíamos a casa, rendir el examen.

– Cuéntenme a dónde fuimos – nos pedía a mis hermanos y a mi – con todos los detalles posibles 

Pretendía que le recitemos una suerte de relato cronológico que incluyera, de ser posible, números de rutas y referencias como carteles, estaciones de servicios, nombres o características de personas que habíamos conocido. Cuando crecí y la costumbre siguió, la cuestioné. No entendía la importancia de contar el viaje, creía que lo principal era estar ahí, disfrutándolo y que sea solo para uno mismo. Incluso me molestaba, lo veía como un acto de vanidad, eso de contarle a otro a dónde habíamos ido. Algo así como Instagram y sus fotos, solo que un poco más vintage.

Ayer fue el décimo encuentro de TEDx Rosario y mientras pedaleaba de vuelta a casa, después de un día entero de charlas inspiradoras, sentí que me había ido de viaje. A medida que escuchaba las historias de los oradores, viajé a distintos lugares. A las ciudades de su infancia, a mi pueblo, a sus sueños, a los míos, imaginé posibilidades, me emocioné y volví. A la noche, en una cena con amigos, Lele me preguntó – ¿Qué tal Tedx? 

Le conté que el tiempo estuvo espléndido y que la convocatoria fue exitosísima. Que la organización había sido impecable y que había jóvenes, adultos y abuelos. Que nos había permitido soñar, reponer la esperanza, entender que las opciones son infinitas. A medida que contaba mi relato, otras imágenes venían a mi cabeza, nuevas fichas iban cayendo y de golpe entendí que esas charlas estaban haciendo efecto en mí mientras las contaba.

Las siglas TED significan: tecnología, entretenimiento y diseño. Es una organización estadounidense sin fines de lucro, dedicada a difundir ideas que valen la pena (“ideas worth spreading” es su lema). Fiel a su misión, TED creó a principios del 2009 el programa TEDx, que está diseñado para darle la oportunidad a comunidades, organizaciones y personas de estimular el diálogo a traves una experiencia similar a las conferencias TED. Si bien se siguen directrices generales provistas por TED, cada evento es planteado y organizado de forma autónoma. En Rosario se denomina TEDxRosario, donde la x significa “evento TED independiente organizado localmente”.

El sol estaba fuertísimo en el anfiteatro Humberto de Nito, pero había siete mil personas esperando para entrar. Estabamos preparados: cada uno tenía su cantimplora con agua, gorro, protector solar y una vez sentados en las gradas de cemento, el alivio llegaba cuando nos ventilaban las hélices del dron que sobrevolaba. Nada parecía boicotear las ganas de escuchar a esas personas que tenían algo importante que decir. El primer bloque empezó con un show de zapateo americano. Cuatro mujeres interactuaron con el público utilizando su cuerpo como instrumento percusivo. Después de ellas, tocó una orquesta llamada La Ilusión que fusiona ritmos de toda Latinoamérica y, por último, se hicieron presentes en el escenario dos conductores para dar lugar al primer orador.  

  • La verdad, es súper recomendable. El año que viene no te lo pierdas.
  • Dale, el año que viene voy pero contame algo de las charlas, ¿cuál te gustó más? – me preguntó Lele interesado
  • No sabría decirte una, pero te puedo contar a grandes rasgos lo que me acuerdo

Fui para atrás en mi memoria y me encontré con el primer orador.

  • El primero fue un biólogo que trabajó en la Secretaría de Medio Ambiente de la Nación durante muchos años y contó cómo funcionan desde adentro las cumbres de cambio climático. Después de él, estuvo Lisandro Martinez, creo que ingeniero, aviador y tecnólgo, sí esas tres cosas pero, además, ¡casi se recibe de astronauta! 
  • ¿Cómo que casi se recibe de astronauta?
  • Aprobó exámenes durantes años, hasta que seleccionaron a los cuatro finalistas y no pasó el final. Sin embargo, esa bochazo que tanto le dolió al principio, le demostró que el camino recorrido le había abierto la puerta a otros conocimientos. Ahora se dedica a estudiar nuevas tecnologías de inteligencia artificial. Nos mostró en un video cómo las cámaras de vigilancia de la peatonal Córdoba identifican a las personas, animales, colectivos, autos y demás objetos que caen dentro de su espectro. Re flashero. Y lo mejor es que nos enseñó que antes, los sistemas para computadoras o softwares mejoraban solo mediante la intervención del ser humano, que corregía los errores que iban apareciendo. Pero que ahora, mejoran por sí solas. Los sistemas de inteligencia artificial aprenden a resolver problemas, a través del método de prueba y error y tienen una capacidad que antes solo se atribuía a los seres humanos: un completo cambio de paradigma en el conocimiento.
  • No te puedo creer, me dejaste pensando. ¡Qué peligro! O no sé qué es peor, ¿humanos o máquinas?, da para largo el tema. ¿Qué mas?
  • Después subió al escenario una mujer bajita, de unos ciencuenta años, que se llama María Cristina Gómez. Fue elegida como una de las mejores 50 maestras del mundo por el Global Teacher Prize y a, partir de eso, formó la red de educadores innovadores ¿La ubicas? Hace unos meses salió en todos los medios. 
  • No, creo que no
  • María Cristina nos hizo emocionar y la aplaudimos todos de pie. Es maestra de primaria en varias escuelas de Rosario y trabaja con chicos y chicas que viven en contextos vulnerables. Contó historias de superación de alumnos y alumnas que antes de ser puestos a prueba por ella, pasaban de grado sin aprobar los exámenes, porque por su condición social los profes no le exigían más que lo mínimo e indispensable. Y se enojó cuando explicó que la “pedagogía de la lástima” lo único que hace es dejar ocultos para siempre sus talentos. De hecho, dijo que según su experiencia, cuanto más vulnerable es el contexto de un alumno, más le exige, porque de esa forma le muestra que alguien sí cree en sus capacidades. Una genia. 
  • ¡Que haya más personas como Cristina en el mundo!
  • Después de la maestra, subió al escenario una biotecnóloga que hace arte con microorganismos. Luciana Paoletti que además de biotecnológa es artista visual, contó que esos bichitos que el ojo humano no alcanza a ver conviven con nosotros y forman nuestro entorno. Ella los recoge con hisopos y los deja reproducirse, después los entrecruza y forma unas formas y colores que parecen de otro universo. Siguió un rosarino, administrador de empresas, que habló sobre el rol de las abejas en la producción de alimentos. Matías Viel es su nombre y aprendió que incentivando la polinización de las abejas de diferentes modos, pueden aumentar o reducir la producción de determinados alimentos de acuerdo a las demandas globales de alimentación. Fue elegido por el Massachussets Institute of Technology (MIT) como unas de las personas más innovadoras por su emprendimiento sobre las abejas llamado Beeflow.
  • Eso si que no podría hacerlo, me muero al toque, soy alérgico. Pero qué esperanzador, hay soluciones en marcha.
  • Otra oradora que me emocionó fue Cande Yatche, una activista de la auto aceptación, que lucha por una sociedad que piense menos en cómo cambiar su cuerpo y más en cómo cambiar el mundo. Habló de que las apariencias engañan, que nos dañamos sistemáticamente, dejando de comer, sobreexigiendo el cuerpo con ejercicio y peso, ¡haciéndonos cirugías de nombres extraños! para ser aceptados dentro de estándares de belleza demasiado exigentes, que nos consumen la energía que podríamos utilizar para hacer del mundo un lugar mejor.
  • Si, y encima la mayoría de las cirujías quedan horribles.
  • ¡Pero ese no es el punto! Lo que importa es no atacarse a uno mismo para ser de un modo u otro. Después, después.. Ah! Juan Bonin. Un lingüista de la Universidad de San Martin, habló sobre la desigualdad lingüística y los problemas que trae no entender – en ningún caso – la letra de los médicos o hablar distintos idiomas dentro de la misma Argentina, como el guaraní por ejemplo. Siguió Gustavo Schujman, profesor de genética bacteriana de la UNR y miembro del CONICET, contó que la tecnología del bioplástico (producido a partir del almidón y las azúcares de las plantas) y el biocombustible como el biodiesel (producido a partir de la soja) ya están disponibles en Argentina, a la espera de que la política y las empresas incentiven su producción y su uso para reemplazar el plástico y el combustible convencional que provoca daños irreparables en el ambiente. Después estuvo Nico de “Nico Ilustraciones”, un ilustrador que contó cómo es la vida de un dibujante. Y no tengo mucho para decirte de él, más que buscalo en Instagram y mirá lo que dibuja, es todo un un comunicador de temas sociales y políticos.
  • A ver, lo busco. ¿Cómo es? ¿Nico cuánto?
  • Nico Ilustraciones, tiene un montón de seguidores, te va a aparecer primero
  • Ah sí, acá está, ya lo tengo, después lo miro. Contame más.
  • Después de eso y para sorpresa de todos, apareció en escena una angloparlante que fue monja taoísta y dominatriz de calabozos de Nueva York. Tuve que googlear qué significaba todo eso y es bastante chino. El punto es que Kasia Urbaniak dio todo su discurso en inglés y estuvimos estupefactos escuchándola. Habló sobre la diferencia de género con ejemplos concretos y la aplaudimos con muchas muchas ganas, su lema es redefinir lo que significa ser una chica buena. Después llegó el uruguayo Javier Artigas Herrera, conocido como “el uruguayo que le salvó la vida a Casciari”. 
  • ¿Quién?
  • La cuestión es así. Este hombre, un enfermo renal con tratamiento de hemodiálisis y muchísimos problemas económicos, que a raíz de su enfermedad no podía trabajar, alquilaba una habitación de su casa por Airbnb. Casciari fue el segundo huésped que tuvo y al tercer día de estar alojado en su casa le dio un infarto. El uruguayo hizo lo imposible para llegar rapidísimo al hospital más cercano a su casa en Montevideo y Casciari fue operado, le pusieron uno o dos stends y se salvó. A raíz de eso y desde la cama del hospital, el escritor le dio una excelente puntuación en su cuenta de Airbnb contando lo sucedido, y la historia llegó a oídos del CEO de la compañía que contactó inmediatamente al uruguayo. Al día siguiente, voló a Montevideo, donde se quedó diez días en su casa y con su familia. A partir de ese contacto, el CEO de Airbnb le ayudó a crear Connectus Medical, una aplicación para que los enfermos renales que se hacen hemodiálisis puedan viajar a donde quieran, contratando previamente un lugar donde hacerse el tratamiento. Javier se emocionó mientras lo contaba, fue realmente increible.
  • ¡Una cadena de milagros!
  • Ni más ni menos, creo que ni él puede creer todavía todo lo que le pasó. La penúltima fue Cecilia Ce, ¿la conoces? Le dicen La Lic., es una psicóloga y sexóloga argentina que tiene una columna semanal en el programa Últimos Cartuchos de radio Vorterix. Habló sobre la necesidad de los humanos de querer controlar todo y cómo el orgasmo está directamente relacionado a la falta de control. Nos hizo reir muchísimo con sus términos, señas y anécdotas de pacientes. El último orador fue un juez de familia jubilado de Rosario, que creó una obra de teatro a partir de algunas de las historias que vivió en su juzgado. Está ahora en cartelera y es un éxito. Al finalizar, pidió a todos los que forman parte de la cadena de la justicia que entiendan que detrás de cada carpeta con papeles, detrás de cada expediente, hay personas y que, a veces, a las cosas hay que hacerlas ya, no la semana que viene, sobre todo si detrás de esos papeles, hay niñas o niños. Uff, no paré de hablar, se nota que me gustó, ¿eh?
  • Si, te gustó y a mi también. Casi que lo viví con vos. El año que viene vamos juntos

Los viajes se pueden contar de muchas maneras. Podemos explayarnos, ser escuetos, hacer foco en una sola cosa, destacar lo que sobró – en Tedx por ejemplo, música, gente, cerveza artesanal y sol – o lo que faltó – opciones de comida vegana – describir las paradas, los carteles, las personas que conocimos. Podemos hablar de lo que sentimos o de la expectativa previa y el balance con lo encontrado, pero sin el ejercicio de contar nos perdemos de hacer las conexiones más importantes. Es contándola cuando repasamos la historia y la hacemos nuestra. Ayer en Tedx Rosario y después de mucho tiempo entendí por qué mi papá me enseñó a contar el viaje.-

Alineada

Hoy es viernes y siento que pasó un mes desde el viernes pasado. ¿Cuántas cosas pasan en una semana? A veces tengo el impulso de hacer una lista. Pasan las horas, los días, los fines de semana. Los problemas, las malas noticias, las vacaciones. Nunca la hago.

Voy en moto por calle San Lorenzo. El vientito me hace bien, lo siento en la cara. A veces puedo disfrutar del camino sin pensar en lo que tengo que hacer cuando llego. Escucho a alguien que grita, aunque no entiendo qué dice. Busco y veo a una chica de estatura media y pelo largo que corre por calle Balcarce en contramano. Más adelante va una moto, también contramano. Un auto de frente esquiva primero a la moto y después a la chica, que corre con el brazo derecho levantado. Pide algo, algo que le sacaron. Desacelero y la miro, tiene la cartera colgando: es el celular lo que le robaron. Ella baja la mano y, de a poco, frena; se rinde. No va a alcanzar a la moto que ya dobló por calle Urquiza. El señor del auto frena y se acerca; yo sigo, tengo reiki a la una.

Hace una semana fue a la radio un experto en ciencias ocultas y paranormales. Un hombre alto, de unos cincuenta años, con músculos de gimnasio y ojos celestes saltones. Tenía una camiseta gris dry fit y zapatillas nike blancas talle cuarenta mil. Habló de los amarres, los sapos con la boca cocida, las cruces de sal y de todo el mal que una persona puede hacerle a otra. «Borren la fecha de nacimiento del Facebook ya mismo», fue uno de los consejos para los oyentes. Parece que esa fecha es clave. Ese día mi columna literaria fue sobre «La chica del milagro». Es la historia de una chica que es atropellada por un auto y está 35 días internada sin saber si va a volver a caminar. Finalmente lo logra (perdón el spoiler) pero siente que sus piernas pertenecen a alguien nuevo, esos segundos primeros pasos vuelven el cronómetro de su vida a cero. Cuando terminé y entró la tanda, el brujo me dijo que tres más cinco es ocho y el ocho es el número del sagrado corazón, guiño guiño. No le entendí.

«Como mínimo tres alineaciones energéticas por año para evitar todo tipo de magia negra», fue el segundo consejo. Antes de terminar se ofreció a darnos gratis su servicio de limpieza, siempre que le consigamos unos habanos especiales. Meli salió en búsqueda, pero enfrente había unos gruesos, no los finitos que él quería. Volvió al estudio y llamó a un kiosco y una cigarrería para conseguirle al brujo su instrumento de trabajo, pero nadie tenía. Entró a la mesa y le dijo con señas, mientras el charlaba con las conductoras sobre el juego de la copa, que no había de sus habanos en ningún lado. Zafamos, pensé. «Si no hay habanos que sea un paquete de parisién». Las chicas pasaron de a una. El brujo deportista daba una pitada profunda y expiraba el humo a lo largo de sus brazos, arriba de la cabeza, en el pecho. El humo se quedaba como suspendido, formando una cortina espesa que las envolvía como un hechizo. Al final evaluaba la colilla del parisién y eso revelaba el estado energético de la paciente y el lo explicaba junto con un tratamiento. Antes de saber el primer veredicto, me fui. Mi cerebro me dijo alerta-peligro y rajé. Cuando salí le pedí a mi reikista la limpieza de rigor.

Alicia impone sus manos y hace una serie de movimientos sobre mi cabeza. Tengo los ojos cerrados, pero la veo, hay mucha claridad en la habitación. Murmura algo. Mueve y remueve la energía que sale de mi cuerpo. Inhalo y exhalo, cada vez más profundo y de a poco me voy. Estoy acostada sobre la arena de una playa vacía. Está nublado y estoy paralela al mar mirando las olas ir y venir. Creo que encontré a mi Dios, el Dios Mar. Tenerlo cerca es todo lo que necesito para lo que yo entiendo que es estar en paz. El caniche de Alicia salta del sillón y el ruidito de sus uñas sobre el parquet me distraen. Vuelvo al reflejo blanco que hay del otro lado de mis párpados.

Busco el mar de nuevo y esta vez llego a una pared negra con un rectángulo en el centro. El rectángulo se agranda hasta cubrir toda la pared y en el centro se abre otro rectángulo y así. En el medio estoy yo que caigo a un pozo que en el fondo tiene un libro gigante de hojas blancas lisas. Es el libro que tanto deseo con todas las hojas blancas que quedan por escribir, con espacio para horas, días, fines de semana. Pero también para problemas, malas noticias y vacaciones. El libro se cierra y me quedo ahí adentro y sonrío. Podes ir abriendo los ojos de a poquito, me dice Alicia, mientras apaga las velitas que me rodean.

Todo lo que India no es

Nunca llegamos a la India de Juan Sklar es todo lo que no se espera de su título porque el protagonista de este libro SI llegó a la India y estuvo seis meses caminandola.

Lejos de apegarse a la versión “new age” de los que viajan a India en una búsqueda espiritual y para eso se visten de blanco y se dejan la barba larga, Sklar cuenta sin tabúes y a veces con demasiada crudeza, lo que pasa, lo que ve y deja a la luz la hipocresía que muchas veces reina en los relatos de los viajeros. Desviste su experiencia de mística y la llena de sensatez, sentido común, realismo, provocando incluso más interés (al menos eso me pasó a mi) de conocer este país, su cultura y sus creencias.

El libro intercala el diario personal de viaje de Jano Mark, su protagonista y alter ego del escritor, con recuerdos de su infancia y adolescencia. Aquellos momentos clave de su vida en Buenos Aires, de su ambiente familiar que incluyen largos reproches a sus viejos y dan cuenta un poco por qué a Jano le pasa lo que le pasa. Hay un lucha interior muy grande, una queja constante y la necesidad urgente de saciar el deseo, muchas veces sexual, que le atormenta la vida. Tiene altibajos, se convierte por momentos en un ser despreciable, pero enseguida todo cierra y el lector empatiza con los arranques y las actitudes del protagonista.

Además, esta historia aporta al lector mucha información de la India: lejos de la seriedad de las guías de viaje, el lector se recorre el país junto con el protagonista, primero el norte, Delhi, el Taj Majhal, la región de Rajasthan, Varanasi, el Ganges, las playas del sur. Hace una descripción con lujo de detalles de su recorrido, cómo se transporta de lado a lado, qué come, qué le ofrecen, cómo es el clima, etc. Describe vivencias personales con indios, datos únicos que escuchó de la boca de sus habitantes, leyendas del hinduísmo, sus deidades, qué es un gurú, un ashram, una pooja, un tuk tuk, un ghat, qué significan sus festivales, sus ritos, cómo rezan, etc. Leyéndolo aprendí un montón de cosas. ¿Saben ustedes por qué los musulmanes miran hacia un determinado lugar cuando rezan, en qué creen los jainistas o por qué uno de los dioses del hinduísmo es una hombre con cabeza de elefante? Si no lo saben, lean Nunca llegamos a la India, que se van a nutrir de toda información mientras disfrutan de una novela súperfresca. Es tan entretenido el derrotero del protagonista que deja al lector atrapado queriendo saber siempre un poco más. Es una novela erótica, es un diario de viaje, es una historia de redescubrimiento personal. Y es muchas veces muy graciosa. 

Juan es periodista y tiene un taller de escritura que se llama: El Cuaderno Azul. Además, el año pasado estuvo haciendo una serie de columnas en el programa de radio de Mario Pergolini que se llaman: Cartas al Hijo y del conjunto de esas cartas se editó un libro homónimo. Están todas online, si les interesa escucharlo, conocerlo previo a meterse de lleno en Nunca llegamos a la India – Beatriz Viterbo Editorial. No es una editorial masiva, así que no salgan a buscarla a las grandes librerías, vayan por las más chicas o pidanlo por correo.

Todxs l@s voces, todes

En plena discusión sobre la despenalización del aborto, una adolescente le habla en cámara a “les diputades indecises”; un maestro cordobés es amenazado por hablar de “les romanes” en su clase de historia; la difusión del programa de salud sexual y reproductiva para jóvenes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires dice “todxs tenemos derechos” y un club de fútbol de primera división recibe al alumnado de un colegio y luego agradece en su red social a “todes por venir”. 

En la vereda de enfrente, la Real Academia Española (RAE), considera innecesaria la utilización el @, la x y la e en el idioma español, al mismo tiempo que aprueba palabras como “guasap” y “yutubero”. Los medios de comunicación instalan el tema en agenda, pero no modifican sus manuales de estilo y en el mundo editorial apenas asoman algunos libros escritos con variantes inclusivas. 

El debate, producto de la histórica lucha por la igualdad de género, dio lugar a la configuración inmediata de defensores y detractores que, cada vez más aferrados a sus posturas contrapuestas, solo provocan desconcierto sobre lo que pasará en un futuro cercano: ¿Cómo hablarán las nuevas generaciones? ¿Es el cambio en la lengua un paso esencial hacia una sociedad más inclusiva? 

El idioma español tiene reglas. Los sustantivos, adjetivos y pronombres tienen marca de género y número. Por ejemplo, en la palabra “mala” la vocal temática es la “a” y es un adjetivo-femenino-singular y la palabra “perros” es un sustantivo-masculino-plural. Para hablar de un grupo de mujeres, se utiliza el femenino, mientras que el masculino es usado no sólo para nombrar un grupo de hombres, sino también un grupo mixto: este último es el denominado masculino genérico. 

Esta elección, lejos de ser al azar, fue acorde a un contexto de dominio del hombre sobre el mundo y a una desigualdad de derechos con respecto a la mujer que se mantuvo a lo largo de varias décadas. Por ser el lenguaje una convención social, ésta es la forma en que aprenden a hablar los 577 millones de hispanohablantes del mundo.

Cuenta la historia

Como casi todos los procesos, la transformación de la lengua tiene su historia. En Argentina, fue en los años setenta, cuando la crítica feminista cuestionó las marcas masculinas en el castellano. Unas cuantas pioneras denunciaron diversos usos sexistas del idioma español y apostaron por la necesidad de un cambio lingüístico: el lenguaje no sexista. 

Desde aquellos años a esta parte, fue un trabajo de hormigas que paulatinamente conquistó diversas esferas. Uno de los momentos de gran visibilización fue cuando la ex-presidenta incluyó en sus cadenas televisivas el hoy ya trillado “todos y todas”. En ese contexto, surgieron guías de uso no sexista del lenguaje en los medios y en la administración pública.

Pero, en los últimos años, se abandonó la lucha por la incorporación del cupo femenino para abolir, directamente, la lógica binaria dominante (hombre-mujer) y dar espacio a todas las identidades de género con el @ y la x. Enseguida surgió una nueva problemática: ¿cómo se pronuncian las palabras tod@s o todxs? Fue durante la cuarta y última etapa de esta evolución cuando la e dio respuesta al interrogante y permitió la práctica oral del lenguaje inclusivo con el “todes”.

Algunas voces

Las diferentes posiciones dieron lugar a un debate, que más allá del resultado, permitió al hablante reflexionar sobre el por qué de los modos de hablar. “La lengua siempre implica una arena conflictiva que se encuentra en tensión entre sus regulaciones institucionales y los procesos de cambio y transformación en el tiempo, dado el uso creativo que hacen de ella sus hablantes”, explicó en conversación con Clapps! Javier Gasparridocente de Literatura Argentina en la Facultad de Humanidades y Artes y Secretario Técnico del Instituto de Estudios Críticos en Humanidades (UNR-Conicet), y agregó: “El lenguaje verbal cumple funciones constitutivas (más que fundamentales) en cualquier transformación. Por lo tanto es lógico y necesario que se planteen demandas allí. Las acciones que se impulsan en el uso del lenguaje inclusivo (en el sentido de no sexista) suponen el reconocimiento de exclusiones identitarias, subjetivas, corporales, que históricamente no son inocentes y no se pueden justificar del todo satisfactoriamente desde ciertos paradigmas teóricos sin hacer intervenir una dimensión política. Esas exclusiones son vivenciadas y el uso del lenguaje inclusivo puede funcionar como un laboratorio experimental que procura desandarlas y afirmar otros lugares posibles dentro de una lengua”

La RAE, como el organismo dedicado a la elaboración de reglas normativas para el idioma español, se pronunció desde la vereda opuesta y declaró por Twitter: “El uso de la letra «e» como supuesta marca de género es ajeno al sistema morfológico del español, además de ser innecesario, pues el masculino gramatical funciona como término inclusivo en referencia a colectivos mixtos, o en contextos genéricos o inespecíficos.”

En la misma línea, Darío Villanueva, director de la Real Academia, dijo que se está confundiendo “gramática con machismo”. Sin embargo, la institución que sí aprobó palabras como “tuit”, “yutubero” o “guasap”, tiene una historia bastante particular respecto de las expresiones sexistas: hasta diciembre de 2017 la expresión “sexo débil” fue definida como “conjunto de mujeres”. A partir de una solicitud de change.org firmada por 193.000 personas (en la que se pedía la eliminación de la definición) el organismo resolvió agregar a continuación: “con intención despectiva o discriminatoria”. 

La sensación de incomodidad que para muchos produce hablar con la “e” es el objetivo de quienes promueven el cambio, porque así es como buscan ser vistos y luego, nombrados. “Entender al lenguaje como institución social nos permite dimensionar su poder creador, ya que gracias a éste recibimos un nombre y cobramos existencia en la sociedad. Si bien ese nombre nos es dado, la lucha feminista del presente nos permite cambiarlo y elegir qué lugar ocupar en esa existencia social”, expresó en charla con Clapps! Olinda Cabellomilitante de la organización feminista “Mala Junta”. 

Entendemos que el objetivo del uso del lenguaje inclusivo – además de incorporar a otras identidades de género que no se sientan nombradas mediante las desinencias gramaticales masculina o femenina – es generar cierta incomodidad para interpelar a quienes participan del acto comunicativo. En cierta medida, su potencia reside en su confrontación con la normativa”, expresan desde Fundéu, un programa de la Fundación Instituto Internacional de la Lengua Española (FIILE) que en convenio con la Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA) de España tiene como principal objetivo impulsar el buen uso del español en los medios de comunicación de Argentina.“Fundéu Argentina basa sus recomendaciones del buen uso del español en las normas elaboradas por la RAE y la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE) y plasmadas en sus obras académicas. También otras obras de carácter normativo. Cuando recibimos consultas sobre lenguaje inclusivo, respondemos de acuerdo con dichas normas”, explican al respecto en esta charla con Clapps! y agregan: “Sin embargo, como creemos que la discusión sobre el lenguaje inclusivo excede el plano de las normas gramaticales dado que se trata de un uso político (y transgresor) del lenguaje, consideramos que es potestad de los hablantes tomar este tipo de decisiones y no es nuestra tarea censurarlas (más allá de que debemos informar cuál es la normativa vigente y recomendar alternativas que la contemplen). Si impugnáramos o respondiéramos un posicionamiento político con argumentos gramaticales, no estaríamos comprendiendo la naturaleza del fenómeno. Quien usa lenguaje inclusivo subvierte las normas de manera consciente y con fines específicos: nombrar a quienes no se sienten nombrados con el masculino genérico y visibilizar la desigualdad social entre los sexos y géneros”. 

El lenguaje que se conoce como inclusivo o incluyente cumple su función en los casos en que no se conoce la identidad de género de las personas a las que se le está hablando o cuando se sabe que los interlocutores no se auto perciben ni como hombres ni como mujeres. Utilizarlo o no será una elección lingüística, que definirá una posición (muchas veces política) del hablante, pero no hay (ni habrá, en principio) sanciones de ningún tipo por no hacerlo. 

No se puede hablar de correcto o incorrecto, ya que usar lenguaje inclusivo no es un error, sino una elección que refleja un posicionamiento político”, reflexionan desde Fundéu y agregan: “El lenguaje es una convención que sirve para comunicarnos; no le pertenece a nadie y no necesita defensa ni protección. Una cosa es la elaboración de normas para garantizar un estándar lingüístico del español (trabajo que hacen la RAE y la ASALE) y las recomendaciones de uso de acuerdo con dichas normas (trabajo que hacemos en Fundéu), y otra es erigirse en cruzados del idioma contra enemigos imaginarios”. 

En la misma línea, Gasparri argumenta: “Si su sentido político tiene que ver con una desobediencia a las imposiciones normativas, entonces no cabe pensarlo de manera obligatoria. Más bien, podría decirse que supone una invitación o que puede incentivarse previa explicación de sus razones, pero desde ya que no puede ser obligatorio”. 

En el submundo de las redes sociales el tema es #trendingtopic (“tema del momento” según la RAE) y las opiniones son múltiples. Algunos hablantes consideran que el “todes” va en contra del uso espontáneo de la lengua, porque impone un modo forzado que a la vez contradice su esencia de respeto por todas las banderas. Otros convienen en que, más allá de las aristas, los cambios en la lengua no constituyen peligros y aunque no lleguen a transformaciones, conducen al replanteo o a la duda.

¿Qué pasa con el lenguaje inclusivo en los medios de comunicación?

Aún no está incorporado – explica Alicia Simeoni, Secretaria Adjunta del Sindicato de Prensa de Rosario – pero sí se ve un esfuerzo de visibilización de las cuestiones de género, de incluir a la mujer y sacarla de los roles tradicionales o estigmatizantes” y agrega: “Se ven textos, expresiones, que pretenden hacer el esfuerzo de comunicar, buscando alternativas para nombrar, siempre con la lógica y la convicción de que lo que no se nombra, no está dicho. Pero los ejemplos todavía son aislados. Se ve en aquellos medios más de tipo autogestionario, cooperativos y no en los medios que conocemos como tradicionales, dejando el criterio de redacción al compromiso de cada una de las trabajadoras o trabajadores de prensa. Nosotros en la comunicación del sindicato de prensa podemos hacerlo y hemos elegido la utilización del lenguaje inclusivo y puede verse en nuestra página, nuestro facebook y en las distintas comunicaciones que hacemos”

El lenguaje inclusivo es, antes que nada, un posicionamiento político. Se usa como un recurso persuasivo, que agrega una capa extra de sentido con la finalidad de interpelar a oyentes o lectores sobre una problemática social”, agregan desde Fundéu. “El lenguaje no es más que otro de los territorios que disputamos día a día, territorio que los medios pretenden monopolizar, pero eso es imposible porque incluso queriendo callarnos tienen que hacer notas sobre la RAE y sus opiniones sobre el lenguaje inclusivo”, opinan desde la organización feminista Mala Junta

Respecto al mundo editorial, el periodismo de género, con su público abierto y deseoso de cambios fue el primero en publicar con lenguaje no sexista. En “Putita Golosa. Por un feminismo del goce”, el segundo libro de Luciana Peker, periodista de género y escritora argentina, el lenguaje utilizado no se limita a ninguna de las variantes en particular, sino que las mezcla con el masculino genérico y lo presenta así: “Este libro intenta contener un lenguaje inclusivo y no sexista (…) Por eso se intercambian femeninos, masculinos, x, todas y todos o barras de ellos/ellas en la corazonada de letras que convoquen a ser leídas y a abrir fronteras sin corsets ni reglas fijas”. La literatura para niños es otro de los segmentos en donde los escritores se animan a plantear esta variante.

¿El uso de “todes” genera una sociedad más inclusiva?

Vanesa Squillaci es actriz. Comenzó haciendo transformismo arriba de un escenario, hasta que un día supo que esa era su verdadera identidad. Hoy es una mujer trans que luce como cualquiera de su edad, con la sola diferencia que ella no nació así: “El lenguaje inclusivo está bueno para los adolescentes, las nuevas generaciones que ya vienen con otro chip. Para los de mi edad o mayores no va a ser tan sencillo. Sin embargo, creo que va más allá del cambio de algunas letras, porque en la práctica no sé hasta qué punto estamos incluidas. Desde el momento que hablan de incluir o de aceptar nos están diciendo que somos diferentes y eso revela que hay mucha hipocresía. Hoy la sexualidad es muy diversa, hay miles de ramas y combinaciones posibles. En el futuro vamos a ser todos seres sexuales, ni el, ni la, ni x ni @”

Squillaci cree que la inclusión es relativa y hace hincapié en la importancia de aspectos materiales que influyen positivamente en su cotidianeidad como, por ejemplo, el cambio de identidad que le permitió ir a un banco o a un consultorio médico y no ser llamada por su nombre anterior o las oportunidades laborales que se generaron en la provincia de Santa Fe por el llamado “cupo trans”.

Si asumimos una posición performativa en torno al lenguaje, el modo en que se lo afecte a través de esas huellas ya supone una materialización diferente de la realidad”, explica Javier Gasparri y continúa: “El hecho de generar conciencia puede ser acompañado por el uso del lenguaje inclusivo pero desde ya que es algo que se debe propiciar a través de múltiples dispositivos culturales, sociales, y desde diferentes estrategias políticas de sensibilización. Por supuesto, tampoco puede resolver ciertas condiciones materiales de existencia (violencia, vulnerabilidad social, precariedad, desigualdad económica). Por lo tanto, el uso del lenguaje inclusivo es obvio que no puede resolver todo (todos los planos, todas las demandas, etc.), pero puede acompañar toda y cualquier otra estrategia de inclusión (emancipatoria, contrahegemónica) a través de la incorporación de sus búsquedas lingüísticas, pues su uso no es excluyente ni incompatible con estrategias impulsadas desde otros planos, sino todo lo contrario. El lenguaje nos constituye, por eso lo que se afecta no es un detalle accesorio”, agrega Gasparri. 

Existen varias alternativas para evitar un uso sexista del lenguaje. “El uso de sustantivos colectivos o abstractos es una forma sutil de evitar el masculino genérico sin usar fórmulas que pueden considerarse censurables o agramaticales. Desde Fundéu Argentina es una de las opciones que recomendamos a quienes nos consultan. Este recurso tiene limitaciones y su uso deberá evaluarse según el contexto y combinarse con otras opciones para que el resultado no sea artificioso o rebuscado”, explican desde Fundéu. 

Los manuales de estilo de lenguaje no sexista, no solo abordan los aspectos meramente lingüísticos, sino también de concepto, como la asignación de roles o comportamientos. Por si el lector quiere incorporarlas, estas son algunas de las estrategias más habituales:

1.- Desdoblamiento: 

Los diputados // Los diputados y las diputadas 

2.- Uso de genéricos 

Los jóvenes // La juventud 

Los estudiantes // El colectivo de estudiantes 

Los funcionarios // El funcionariado 

3.- Uso de barras 

Interesados // Interesados/das 

4.- Cambiar la redacción de la frase 

Los profesionales tienen // Las personas profesionales tienen 

5.- Uso del sujeto tácito 

Los estudiantes tienen que saber // Tienen que saber 

6.- Construcciones metonímicas 

Los jóvenes tienen que dirigirse // La juventud tiene que dirigirse 

7.- Uso de sinónonimos sin marca de género 

Apasionados de la música // Amantes de la música

8.- Sustitución de pronombres con marca de género por quien/quienes 

Aquellos que tengan // Quienes tengan 

9.- Sustituir por cuantificaciones: 

Los estudiantes tienen // Cada estudiante tiene 

10.- Eliminar el artículo en sustantivos comunes en cuanto a género 

La beca es para los adolescentes y los jóvenes // La beca es para adolescentes y jóvenes

Pensar el futuro 

No se puede saber cómo evolucionará la lengua. Si el uso de la vocal “e” como desinencia neutra (u otra forma de lenguaje inclusivo) persiste en el tiempo y comienza a ser mayoritario o muy extendido, las academias lo registrarán”, afirman desde Fundéu

Javier Gasparri considera que las variantes inclusivas en los modos de hablar son, por ahora, solo una invitación: “Si finalmente algún día, tras las resistencias iniciales, es reconocido institucionalmente, ahí ya se abrirá otra discusión. Pero por ahora no podemos hacer futurología y simplemente nos entregamos a la fluidez de sus experimentaciones”. 

Por primera vez estos temas que parecen manejarse en un conglomerado poblacional de quienes estan sensibilizados por la temática, tuvieron llegada masiva, por primera vez entraron a la casa de muchas mujeres que nunca habían visto a otros hablar de este modo, hablar sobre sus derechos y los de la diversidad sexual y en términos que no fueran peyorativos o estigmatizantes. No quiero ser exitista, creo que hay un gran trabajo por delante y por hacer, pero creo que el trabajo realizado de muchos años está surtiendo efectos ahora ”, agrega Simeoni. 

Según datos de la Academia Porteña del Lunfardo son los menores de 25 años los que inventan el 99% de las palabras y son muchos de ellos los que terminaron este año con la inscripción “les egresades 2018”. La rápida aceptación que tuvo entre los más jóvenes el uso del lenguaje inclusivo muestra al resto de la sociedad que ellos ven un mundo diferente, más igualitario. Esto tiene que ver, entre otras cosas, con su modo desprejuiciado de relacionarse: ya no se trata de varones o mujeres sino de personas. La inclusión a través del lenguaje carga un sentido que va mucho más allá del cambio de una letra: tomar conciencia para borrar límites y, sin construir nuevas fronteras, ubicar la lengua a la par de la realidad.-

Alida Könekamp

Mucho ruido y pocas nueces

La legislación actual deja último a Argentina en la lista de países de América Latina, con apenas dos días pagos de licencia por paternidad. La extensión del plazo es una de las claves en la lucha por la igualdad de condiciones laborales entres hombres y mujeres. Un cambio que parecía inminente continúa en sala de espera.

La ley laboral argentina concede dos días de licencia paga a los trabajadores varones por el nacimiento de un hijo. No contempla a los trabajadores informales, a los matrimonios de parejas del mismo sexo ni a los padres que adoptan. Las voces de los diferentes sectores coinciden en que el número de días debe ampliarse inmediatamente. Las regulaciones de los países vecinos y no tan vecinos, también. Decenas de proyectos que pretenden ampliar este beneficio por ley, duermen hoy en el Congreso Nacional y lo mismo ocurre en la legislatura de la provincia de Santa Fe. La razón por la que el poder frena un derecho tan lógico y justo como el de un padre de presenciar los primeros días de su hijo recién nacido sigue siendo una incógnita.

La ley de contrato de trabajo Nº 20.744 fue promulgada en mayo de 1976 y en su artículo 158 dice que “el trabajador gozará de las siguientes licencias especiales: 1) por nacimiento de hijo, dos días corridos” y se mantiene sin cambios desde entonces. Brasil, México y Chile otorgan cinco días a los padres; Colombia, ocho; Uruguay, 13 y Ecuador y Paraguay, 15. 

Los empleados públicos de la ciudad de Buenos Aires disponen de hasta 45 días de licencia durante el primer año de vida de su hijo/a, según una modificación recientemente aprobada. El número también varía entre los empleados públicos de las distintas provincias. En Santa Fe, son ocho. 

El régimen actual de licencias al que tiene derecho un trabajador/a del ámbito público provincial santafesino, contempla una licencia por maternidad a las mujeres trabajadoras que tienen un hijo/a biológico/a de un total de 135 días y un período de licencia de 8 días al padre biológico. El proyecto de ley presentado por la diputada Silvia Augsburger y el diputado Rubén Giustiniani del bloque Igualdad y Participación propone un cambio de concepto en el sistema completo de licencias por hijo/a: “Nuestra propuesta plantea un cambio conceptual: establece la diferenciación entre la licencia por parto y la licencia de cuidado que requiere un niñx en sus primeros meses de vida o al ser adoptadx. Para ello planteamos cuatro categorías de licencias: en primer lugar, las licencias por tratamiento con técnicas de reproducción médicamente asistida con un total de 30 días continuos o discontinuos por año calendario. En segundo lugar, la licencia prenatal, que sería de 45 días anteriores a la fecha de parto. En tercer lugar, la licencia por maternidad o paternidad, con un total de de 30 días a partir del nacimiento o del otorgamiento de la guarda con fines de adopción o de la inscripción en el registro civil, y por último, la licencia parental, que le corresponde a unx de lxs dos progenitorxs hasta completar un total de 180 días posteriores al nacimiento, a la guarda adoptiva o a la inscripción en el registro civil”.

Gonzalo Utrera es abogado especialista en derecho laboral y considera que la modificación es una necesidad, pero a la vez una solución parcial: “Es necesario que se amplíe la licencia, estamos muy atrás, basta repasar los países limítrofes y el resto del mundo y ver que todos tienen regímenes más amplios. De todos modos, entiendo que es una solución muy parcial y sesgada, porque el 40% del trabajo argentino está en negro, así que sería una situación que beneficiaría solo a una parte del país. Es decir, seguiríamos con los problemas de fondo profundizados, pero en este contexto desfavorable, por lo menos, es bueno encausar un poco la realidad de los trabajadores con estas pequeñas cosas, sin perder de vista que quedan sin resolver los problemas de fondo”, explica. En esa misma línea se inscribe la Asociación de Empleados de Comercio de Rosario (AEC) : “Es evidente que es necesario aumentar los días, teniendo en cuenta todo lo que implica criar un hijo. Pero, hay que tener cuidado que no se reivindiquen estos derechos en medio de otras leyes que se quieren modificar y donde la intención sí es perjudicar los derechos de los trabajadores. Está bien que se plantee, pero teniendo cuidado en el marco de qué reforma laboral se hace”, detalla Sebastián Ferro, secretario gremial. 

Otras de las aristas que plantea este asunto es la desactualización convertida en discriminación. La ley vigente no contempla los casos de matrimonios del mismo sexo, adopción o fertilización in vitro. Sebastián Ferro considera que la ley es discriminatoria: “Hoy en día las leyes se regulan teniendo en cuenta cuestiones de género y es necesario que pase lo mismo con esta ley. Poner en pie de igualdad  las licencias”. Estas consideraciones fueron tenidas en cuenta por el proyecto que hoy está en la Comisión de Asuntos Laborales de la legislatura provincial esperando a ser debatido. “La propuesta aborda las situaciones de parejas conformadas por dos personas del mismo sexo y lo que hace es distinguir lo que significa una licencia por parto de la licencia de cuidado, que es lo que requiere unx niñx que llega a un hogar al nacer o al ser adoptadx. En este último caso, no se hace distinción en relación al sexo de la persona que cuida y por tanto es la pareja progenitora la que decide cual de lxs integrantes de la pareja toma la licencia. Y con respecto a la adopción, hoy la legislación no la contempla. Sí está contemplado en los convenios colectivos. En nuestro proyecto, no se hace distinción respecto  a si el/la niñx llegó al hogar por un parto biológico o si fue adoptadx. La licencia es la misma para ambas situaciones”, explica Augsburger.

En el sector privado, existen algunas empresas que crean sus propias políticas internas de ampliación de días pagos por paternidad. “Según la ley a los padres les corresponde solo dos días, por eso lo que hacemos siempre desde Gerlero, es agregarles una semana de vacaciones. En general, los empleados no lo cuestionan y suelen estar agradecidos con esta semana que se agrega de vacaciones como parte de un acuerdo interno entre la empresa y los trabajadores”, cuenta la Gerenta General de Recursos Humanos de Perfumerías Gerlero – una empresa rosarina que emplea a más de 100 personas – quien prefirió no dar su nombre y apellido. “Cuando los chicos están por ser padres, avisan el día que tienen que salir, si es que no hay cesárea programada y a partir de ese día corre la licencia. Algunos me han pedido algunos días más, pero suelen pedir dos o tres días y nada más, generalmente a cuenta de vacaciones. Como máximo han pedido siete días pero solo en casos en los que no tienen con quién dejar al bebe o ha habido alguna complicación con la mujer”, agrega sobre este punto la Gerenta General de Recursos Humanos Imca y Per – otra empresa santafesina de más de 150 empleados – quien tampoco quiso dar a conocer su nombre y apellido. En el caso de Carrefour, la Asociación de Empleados de Comercio impulsó acciones para que se extiendan los días de licencia por paternidad: “Se ha pedido a través del cuerpo de delegados y se logró que se les de siete días a los papás cuando tienen hijos”, explica el secretario gremial Sebastián Ferro y sigue: “Sin embargo, en la mayoría de los casos se aplican los dos días y los afiliados no se quejan al respecto”.

Unicef dio a conocer, a propósito del día del padre, una serie de datos: dos de cada tres chicos de menos de un año viven en países sin licencia por paternidad remunerada (alrededor de 90 millones en el mundo). Argentina es el país con la licencia más reducida de toda la región. #LaPrimeraInfanciaImportaes la campaña lanzada por Unicef, Cippec (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento) y ELA (Equipo Latinoamericano de Justicia y Género) para revalorizar el papel de los varones en la crianza de sus hijos y sugiere a los gobiernos y empresas para que inviertan más en políticas públicas que brinden a los papás, el tiempo y apoyo que necesitan para cuidar a sus bebes. “Los primeros mil días tienen un efecto considerable en el futuro de un niño. Tenemos una sola posibilidad de hacer bien las cosas”, reza el subtítulo de la campaña publicada en www.unicef.org.

Mauro Palena es empleado en una empresa constructora en la ciudad de Rosario y fue padre el 16 de agosto pasado. Como su hija nació un día jueves, pudo aprovechar el fin de semana. Se tomó cuatro días: jueves, viernes, sabado y domingo. Prefirió no unir los días de licencia con las vacaciones, sino utilizarlas luego de que se termine la licencia de maternidad de su mujer. Las vacaciones se volvieron la única posibilidad de estar con su hija. “Yo no tengo objeciones con la empresa porque ellos me dan los días que corresponde, pero sería mucho mejor si habría más días para poder estar con mi hija”, dice Palena. 

El avance hacia la coparentalidad tienen un efecto en la reducción de la disparidad económica y en el aumento de oportunidades profesionales para hombres y mujeres. Eso genera una distribución más igualitaria de las tareas de cuidado de los hijos en el hogar, tareas que historicamente recayeron en las mujeres. Para analizar este punto, existen datos que se desprenden del Reporte Anual de Brecha de Género que publica el Foro Económico Mundial. El estudio toma en consideración cuatro variables centrales: la  participación y las oportunidades económicas, el acceso a la educación, la salud y la supervivencia, y finalmente el empoderamiento político: ¿Qué lugar ocupa Argentina en ese ranking? Está en el puesto 34 de los 144 países, y su puesto tiene que ver con el buen índice que obtiene en lo que refiere al empoderamiento político. Sin embargo, si se toma sólo en cuenta la variable de participación y oportunidades económicas, ocupa el puesto 111. Las estadísticas muestran que las mujeres argentinas dedican el doble de horas a tareas domésticas que los hombres y en el trabajo la brecha salarial es del 26%.

Las voces de todos los sectores apoyan los cambios. Pero los derechos de los progenitores y, principalmente, de los hijos siguen en la sala de espera. ¿Las razones?: “Desde la presentación de la iniciativa en el año 2016, no ha existido hasta hoy voluntad del oficialismo parlamentario para dar tratamiento a un cambio en este tema”, explica Silvia Augsburger. “A nosotros nos pasó con el descanso dominical. Es muy díficil lograr derechos que mejoren la vida de los trabajadores y que impliquen reducir las horas de trabajo”, explica Sebastian Ferro. El hecho de que las licencias por maternidad sean mucho más largas que las de paternidad, establece una división en las tareas del hogar y en la crianza de los hijos, al menos en los primeros momentos de su llegada, reforzandos los estereotipos de género. “Ahora, la comisión de legislación del trabajo está discutiendo el tema y esperamos que pueda llegar al recinto antes de que termine el año parlamentario”, concluye Ausburger. Ya es tiempo. 

Alida Könekamp

¿Campaña o negocio?

Cada año, llueven mensajes desde distintas partes del mundo, para que las mujeres cumplan con la visita al ginecólogo y la mamografía anual, como condición sine qua nonpara esquivar al cáncer que tiene dos nuevas víctimas por hora 

El cáncer de mama es la primera causa de muerte por tumores en mujeres. Según datos del Instituto Nacional del Cáncer, en Argentina ocurren 5.600 muertes por año por cáncer de mama y se estima que se producirán más de 19 mil nuevos casos el año próximo. Esto da como resultado que una de cada ocho mujeres que hayan alcanzado la edad de 80 años habrá desarrollado la enfermedad en algún momento de su vida y, al no existir vacunas que permiten evitar la patología, la detección precoz es el método preventivo más eficaz para combatirla. Gabriela Quintanilla, médica oncóloga y directora de la Agencia Provincial de Control del Cáncer, explica: “Existiendo todos los elementos disponibles para la detección temprana, cuando es microscópico y tiene cura, no debiera incrementarse paralelamente a la incidencia, el índice de mortalidad».

Octubre es el mes en que los medios de comunicación y las redes sociales saturan a los usuarios con campañas de concientización sobre la prevención del cáncer de mama. Nuevas caras, nuevas plataformas, mismo mensaje: el tumor detectado tempranamente tiene cura. Este año, el spot más visto fue impulsado por Andy Clar, una bloguera y emprendedora argentina, en el que mujeres famosas posaron con una cicatriz en su pecho simulando una mastectomía. La celebración internacional es el 19 de octubre y las acciones colectivas llegan de todas partes del mundo.

En Rosario, la campaña que se extiende durante todo el mes consiste en la realización de mamografías gratuitas y sin turnos previos a mujeres de entre 50 y 70 años que no se hayan efectuado nunca un estudio o bien que lo hayan hecho hace más de dos años. “Los estudios se van a practicar en todos los hospitales públicos, en los SAMCO y en algunos hospitales privados, por lo que habrá 26 mamógrafos públicos y cuatro privados que garantizarán la atención y prevemos recibir entre 100 y 120 mujeres por turno”. En lo que va del mes han tenido bastante aceptación, pero no están cumpliendo el objetivo fijado.

Karina Rúa, participante del equipo de Difusión y Prevención del Hospital Centenario, considera que la concientización es importante y que la prevención es el escalón fundamental para cualquier planeamiento en una política sanitaria. Sin embargo, no todos piensan lo mismo. “No creo que las campañas modifiquen el estado sanitario con respecto a una enfermedad. Las cosas que modifican el estado de salud de la población son aquellas que se incorporan como verdades, como conductas habituales, como derechos. Si todas las mujeres tuviéramos metido en la cabeza que nos podemos curar de un cáncer con la detección temprana y que los estudios deben hacerse con cierta periodicidad, esa es una convicción que reduciría la mortalidad, y en eso debería trabajar el Estado”, expresa Quintanilla.

Estas campañas que divulgan la importancia de la detección temprana no tienen en cuenta que encienden alertas dañinas para la psiquis de muchas mujeres y contribuyen al negocio próspero que se nutre de una nueva patología: la medicalización de la vidaLos estudios en demasía, los medicamentos por las dudas, la exposición habitual a rayos como si fuera algo completamente inocuo es una práctica cada vez más común.

Gabriela Quintanilla explica que ningún extremo es juicioso y que es el justo medio lo que hay que buscar. “Me parece muy interesante que se pongan en tela de juicio cuestiones que están naturalizadas, pero hay que saber distinguir. No hay que hacer una senografía a todas las mujeres desde que nacen hasta que tienen 95 años. Solamente, a las mayores de 50 y hasta los 70 años, si son normales los estudios, cada dos años. Y si son más jóvenes de 50 años, solo si lo indica el ginecólogo, por las razones especiales que sean. Pero no por estar en contra de la medicalización de la vida, vamos a dejar de aprovechar los beneficios que nos brinda la tecnología y que nos permiten detectar a tiempo y curar la enfermedad”, agrega Quintanilla. 

El diagnóstico de cáncer de mama es un suceso que cambia para siempre la vida de una mujer. Pasaron ocho días entre la noticia y la extirpación del tumor y los ganglios afectados de la mama derecha de Alejandra Cinquini: “Lo peor no es el miedo a la muerte, sino el proceso previo, la falta de compasión y de amor del sistema médico, que sin mirarte a los ojos solo te habla del protocolo a seguir”. Alejandra fue mal diagnosticada. Cuando el tumor era pequeño, le dijeron que se trataba de una inflamación de la glándula mamaria y que la dejara así porque con el tiempo iba a desinflamarse solo. Un año después, un día cualquiera, se despertó y se encontró con una bola en su pecho derecho que, además, era sumamente dolorosa. “Todo lo que tenga que ver con el cáncer de mama es un negocio próspero donde el único sin beneficio es el paciente: exposición a rayos en los estudios, rayos en el tratamiento, combos de drogas llamados quimios y comenzamos de nuevo. ¿Cómo un cuerpo va a recuperar esas miles de células que son devoradas o disecadas por todos estos ataques violentos del exterior? No hay manera, te sacan vida”, agrega.

El mensaje que llevan adelante las campañas no solo tiene efectos secundarios, sino que a veces hace más daño que el bien que busca. “Las campañas de prevención no me agradan, hay un exceso desmedido. Da la sensación de que fuera una terrible epidemia que hay que controlar y nos llenan de angustia, llevamos en la mente otra preocupación más. Además, están dirigidas solo a los chequeos de rutina y no a los cambios de hábito que a lo mejor evitan que lleguemos a enfermarnos como la actividad física, los tiempos de descanso, lo recreativo, la familia, qué tipos de alimentos son convenientes y cuáles no para prevenir no solo el cáncer sino todas las enfermedades que produce una inadecuada alimentación y disminuyen nuestras defensas”, explica Alejandra. 

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Ana Luisa de Palma es psicóloga y acompaña a pacientes oncológicos en su proceso de tratamiento. A algunas de las mujeres afectadas las trata desde el primer momento y otras se incorporan luego de una cirugía o durante la quimioterapia o cuando ya tienen el alta y también aquellas en su fase terminal. “El tratamiento es psicológico y espiritual. Psicológico es todo lo que tiene que ver con los recursos para afrontar lo que están viviendo, y con espiritual me refiero al sentido que cada mujer le va a dar a su enfermedad y a su proceso de recuperación. La curación es lo que trata de resolver los síntomas biológicos, pero en psicología buscamos la sanación, es decir, que el cáncer sea aprovechado como un proceso que ayude a la transformación de algunas cosas de la vida de estas mujeres, cosas que no están bien”. De Palma cree que hay cada vez más conciencia con respecto a la prevención y que al menos hablar de cáncer ya no es tabú. “Creo que los casos en que no hay prevención tienen que ver con la falta de educación y de información, pero estamos en eso, estamos más cerca”. Sin embargo, en algunos casos las campañas tienen víctimas. “Por supuesto que hay gente mucho más sensible, por ejemplo, los hipocondríacos y entonces cualquier tipo de campaña le despierta este tipo de susceptibilidades. Pero eso depende de la personalidad de base que tenga cada persona”, concluye De Palma.

Cuanto más temprano se detecte el cáncer, mejores son las opciones de curación, pero cuando se descubre en estadios avanzados, también hay posibilidades de tratarlo con éxito. En la biología no hay reglas absolutas, y los tratamientos, así como los resultados, varían de caso en caso. “No hay que desesperarse ni dejarse presionar, tomarse el tiempo necesario para hacer interconsultas. No solo para estar seguro del diagnóstico sino también para encontrar a alguien que nos inspire confianza, que nos brinde contención, que nos mire a los ojos, que nos salude afectuosamente y con nuestro nombre. Porque eso es lo que más necesitamos”, advierte Alejandra Cinquini, a siete años de haber dejado atrás la enfermedad que le ayudó a entender el proceso de la vida.-

Alida Könekamp

Hitchcock está vivo

Había escuchado hablar sobre Alfred Hitchcock muchas veces. Sabía que se trataba de un director de cine, que era famoso y que había sido exitoso en Hollywood, pero nunca había visto alguna de sus películas. En «El cine según Hitchcock» Francois Truffaut entrevista al hombre que llegó a ser uno de los cineastas más influyentes de la historia. 

Alfred Hitchcock (1899 – 1980) fue pionero en los géneros cinematográficos del suspenso y el thriller psicológico. Dirigió más de cincuenta películas a lo largo de seis décadas. Eligió contar las historias de un modo que volvía cómplice al espectador, haciéndolo partícipe de cierta forma de voyeurismo: “La diferencia entre el suspense y la sorpresa es muy simple. Imagina que debajo de esta mesa hay una bomba pero el público no lo sabe, de repente: ¡bum! Explosión. Examinemos ahora el suspense. La bomba está debajo de la mesa y el público sabe que estallará a la una y sabe que es la una menos cuarto porque hay un reloj en el decorado. La misma conversación se vuelve de repente muy interesante porque el público participa en la escena.”. El director inglés y estrella de Hollywood fue un encantador de audiencias. “La ventana indiscreta” y “Psicosis” dos de sus películas más vistas, comparten la voz de su creador y dejan ver la relación que se crea entre el que mira y el que muestra. 

“La Ventana Indiscreta” (Rear Window – 1954) cuenta la historia de un hombre que tiene que hacer reposo por haber sufrido un accidente y aburrido en su departamento comienza a observar a través de su ventana la vida de sus vecinos. Descubre diferentes tipos de personas, edades, conductas humanas, “un pequeño catálogo de comportamientos, el espejo de un pequeño mundo”. Todas las historias tienen como punto en común el amor: la mujer sola, los jóvenes recién casados, el músico soltero que se emborracha, la pareja joven sin hijos que tiene un perrito y la pareja de adultos casados que tiene peleas cada vez más violentas. El protagonista es un mirón y el espectador espía junto con él. Este hombre que está inmovilizado en su casa, se mete en vidas ajenas al punto que se emociona y sufre con lo que le pasa a cada uno.

Esta figura del voyeur aparece también en «Psicosis» (Psycho – 1960) una de las películas más vistas alrededor del mundo, en donde cuenta la historia de una secretaria que roba dinero de la oficina en la que trabaja y se escapa de la ciudad. Luego de conducir durante muchas horas llega a un motel y es asesinada mientras se está bañando. Aparece de nuevo la ventana y detrás de ella alguien que espía: ¿es la madre de Norman Bates?. Hitchcock mete al espectador dentro de la trama, lo hace cómplice y lo engaña. 

La escena de la ducha es una de las escenas más famosas del cineasta: Janet Leigh se está bañando, cuando llega una anciana que la acuchilla hasta matarla y se va. La protagonista, una mujer rubia y atractiva (como la mayoría de las mujeres en el cine hitchcockiano) muere a pocos minutos del comienzo. Hay un motivo circular que relaciona la pupila del ojo de la mujer muerta y el desagüe de la bañera donde se va la sangre, formando un espiral sin fondo ni final. El director saca de la historia a quien lleva adelante la trama y deja al espectador en manos de Norman Bates [siii el mismo de la serie «Bates Motel»] que, en principio, no es más que un ermitaño. Pronto habrá otra muerte. ¿Toda persona que visite el motel va a morir?

La ventana es el símbolo que representa el límite de lo público y lo privado. En La ventana indiscreta la cámara va de adentro hacia afuera. Sale de una habitación, atraviesa una ventana y muestra desde afuera la vida de los otros. En Psicosis la cámara sigue su camino hasta que se mete adentro de una habitación y nos muestra la intimidad de una pareja: “En el arranque de Psycho, sentí la necesidad de inscribir en la pantalla el nombre de la ciudad, Phoenix, luego el día y la hora en que comenzaba la acción y todo ello para señalar este hecho importante: eran las tres menos diecisiete minutos de la tarde y es el único momento durante el cual esta pobre muchacha, Marion, puede acostarse con Sam, su amante. La indicación de la hora sugiere que se priva de almorzar para hacer el amor. Es como autorizar al público a que se convierta en «voyeur»”

El humor es otro de los grandes puntos del director: Psicosis es “una historia seria contada con ironía”. Existen momentos en los guiones de Hitchcock donde el humor le gana al suspenso y la risa le gana al miedo. Podríamos describir esas situaciones como bizarras, ya que están al borde de lo inverosímil. “Si se quisiera hacer un film serio con Psycho, se presentaría un caso clínico; no habría por qué introducir en él ni misterio ni suspense. Sería necesario que el material lo constituyera la documentación de una historia y, como ya lo hemos discutido, a fuerza de verosimilitud y de buscar lo plausible, se terminaría por rodar un documental. Por tanto, en los films de misterio y de suspense, no puede uno pasarse sin humor”.

Hitchcock logra que el espectador abandone su moral y genere empatía con personajes que cometen ilícitos. El villano también puede ser bueno y la trama lo justifica de algún modo: Norman Bates es víctima de su madre y de sus propios desórdenes psíquicos. Marion roba el dinero de un millonario fanfarrón y es la única forma de empezar una nueva vida. Jeff espía la intimidad de sus vecinos pero necesita encontrarle una solución a sus problemas con el amor. Además, cada uno de los personajes introducidos en el guión tienen una finalidad y lleva adelante un mensaje social y hasta político. En La ventana indiscreta se muestran todas las formas del amor, según las edades y las circunstancias, Grace Kelly es hermosa pero sus intereses no son profundos. En Psicosis hay un alguacil religioso que confía en la apariencia y los dichos de un jóven ermitaño, hay un investigador privado con buenas intenciones pero demasiado inocente, un tejano millonario y fanfarrón que intenta ejercer su poder sobre la voluntad de la secretaria y un amante sospechoso.

Su formación en el cine mudo hizo que en sus películas prevalezca el lenguaje audiovisual, el desinterés por los diálogos y la capacidad de señalar las emociones a través de los gestos de sus personajes. “Contar menos y mostrar más” tiene hoy plena vigencia. Treinta y ocho años después de la muerte del cineasta sus películas siguen siendo sorprendentes.-


Alida Könekamp

How to be a woman

Cuando un libro llega a manos de alguien nunca es por casualidad. Hay «una fuerza que existe en algún mundo paralelo y que provoca estas conexiones que no podemos explicar” me dijo una vez alguien que veo poco y que quiero mucho. Esta vez la rueda empezó porque una amiga me recomendó la caminata que Voces Vitales (una fundación mundial dedicada a promover el liderazgo femenino) organiza todos los años en Rosario. Me anoté y tuve como mentora a Carmen: blogger de moda (@vlmblog), emprendedora e influencer pionera de nuestra ciudad. Además de caminarnos toda la ciudad charlando sobre nuestros proyectos, yo haciendo preguntas, ella contándome su experiencia, me recomendó «Girls», la serie creada y protagonizada por Lena Dunham. Me gustó tanto la serie y el descaro con el que esta escritora joven expone lo que nos pasa (rererecomiendo) que quise leer su libro «No soy ese tipo de chica». Cuando lo busqué online, me encontré como sugerencia a Caitlin Moran, una periodista inglesa que escribe sobre feminismo. La googlee y me enteré que no solo había entrevistado a Lady Gaga para The Times sino que Emma Watson declaró que «todas las mujeres del mundo deberían leer How to be a woman». Ok, me convencieron. 

En un fin de semana leí dos de sus libros (How to be a woman y Moranifesto). El primero habla de las mujeres y el feminismo y sobre ese me voy a explayar más adelante; en el segundo, se anima a hablar de política, de economía, del status quo, de la Iglesia católica, del terrorismo. Opina sobre las big issues desde su lugar de periodista, madre, hija y vecina. Sus reflexiones son compactas y los hechos que comparte tan auténticos que es imposible no sentirse interpelada; por todo eso quise compartirlo. 

How to be a woman (Cómo ser mujer) es un libro de no-ficción que está dividido en 16 capítulos donde Moran cuenta, en una suerte de cronología, cómo es crecer siendo mujer. Comienza describiendo una escena de bullying que sufrió en la escuela a los 13 años, sigue con la primera menstruación y la compra de su primer corpiño, el sufrimiento por la gordura, las actitudes sexistas, la moda incómoda (¿a quién se le ocurrió que teníamos que andar en stilettos?), el enamoramiento, el embarazo y el parto, por qué tener hijos y por qué no, el aborto y las cirugías. Con una constante autoreferencia y sin reserva alguna, Caitlin Moran detalla cómo se hizo adulta rodeada de exigencia y falta de entendimiento y con la ilusión de dejar escrito para las nuevas generaciones una especie de manual de vida: «Aceptar que solo eres una mujer normal, que vas a tener que despertarte, trabajar duro y ser amable para conseguir las cosas es, una vez superada la dolorosa desilusión de tu apabullante normalidad, increíblemente liberador».

Cito algunas partecitas del libro, pero de verdad que vale la pena de principio a fin. Caitlin Moran se define como una feminista estridente: «Estoy mucho más tranquila desde que entendí que es imposible que una mujer se oponga al feminismo. Sin feminismo no te dejarían debatir el lugar de la mujer en la sociedad. Estarías demasiado ocupada pariendo en el suelo de la cocina, mordiendo una cuchara de madera para no estropear la partida de cartas de los hombres» (¡aahh qué contundente es!). «¿Qué es el feminismo? Solo la convicción de que las mujeres deben ser tan libres como los hombres, por más chifladas, crédulas, mal vestidas, gordas, vagas y engreídas que sean. ¿Qué si eres feminista? Jajaja. ¡Por supuesto que sí!»

¿Qué pasa con la moda?: «Las mujeres saben que la ropa es importante. Porque cuando una mujer entra en una habitación, su ropa es lo primero que habla, antes incluso que ella abra la boca. Se juzga a las mujeres por el modo en el que visten de una forma que a los hombres les resultaría incomprensible. Ellos jamás han sentido ese momento embarazoso en el que alguien evalúa lo que tenes puesto y empieza a mirarte con tono condescendiente o a mirarte con lujuria o supone que no vas a entender la conversación – sea de trabajo, de la crianza de tus hijos o de cultura – solo por lo que te pusiste ese día».

Habla de las cirugías estéticas y revela lo que todos vemos pero nadie dice: «Pero que las mujeres vivan con miedo a envejecer y utilicen trucos caros y dolorosos para ocultárselo al mundo, no dice nada bueno de nosotros como seres humanos. Hace como que parezca como si unos tipos nos hubieran creado para que lo hiciéramos. Hace que parezcamos unas perdedoras. Hace que parezcamos cobardes. Y eso es lo último, ultimísimo que somos».

Pero hay un capítulo del libro – y con esta reflexión los despido – que se vuelve especialmente actual para nuestra agenda, Caitlin Moran relata por qué decidió abortar«Mi convicción sobre la necesidad sociológica, emocional y práctica del aborto se hizo aún más firme después de tener a mis dos hijas. Solo tras nueve meses de embarazo, un parto, alimentar al bebé, cuidarlo, tenerlo en brazos hasta las tres de la mañana, levantarte con él a las seis, extasiarte de amor y al mismo tiempo anegarte en llanto, entiendes realmente LO IMPORTANTE QUE ES PARA UN NIÑO SER DESEADO. Cómo la maternidad es un juego en el que debes participar con toda la energía, buena predisposición y felicidad posible. Y lo más importante de todo es ser querido, deseado y cuidado por una madre razonablemente cuerda y estable. Puedo decir con sinceridad que el aborto fue una de las decisiones menos difíciles de mi vida. No peco de frivolidad al decir que tardé más tiempo en decidir qué mesada ponía en la cocina que si estaba preparada para ser responsable de un futuro ser humano el resto de mi vida, porque sabía que hacerlo de nuevo – comprometer mi vida con otra persona – forzaría al límite, casi con seguridad, mis facultades y la idea de quién soy y quién quiero ser, y lo que quiero y necesito hacer. La idea de que, en una época anterior, o en otro país, podría no haber tenido elección sobre esto, me parece una barbaridad psíquica y emocional». 


Alida Könekamp

Eat, pray & love

¿Se acuerdan de “Eat, pray, love” la novela autobiográfica de Elizabeth Gilbert, publicada en 2006, que se convirtió en un súper éxito mundial, en la que una mujer en crisis con su matrimonio y su vida en general, decide dejar todo e irse de viaje en búsqueda de sí misma? Estoy segura que sí, pero si no saben de lo que les hablo, es una lectura altamente recomendable. Para el #bemymentor de esta semana la elegí a Liz Gilbert por muchas razones: por su talento, por su generosidad, por su mensaje amoroso, porque recurro a ella, porque la admiro, pero sobre todo porque deseo deseo deseo algún día escribir así tan lindo como ella.

Come, reza y ama es un diario de viaje por tres ciudades increíbles con un monólogo interior lleno de preguntas, sensaciones y aprendizajes del que somos testigos a cada paso. Nos cuenta la historia de una mujer real. Una mujer que a pesar de haber conseguido todo lo que quería, era completamente infeliz. Una mujer que necesitaba un cambio y que lo llevó a cabo, a pesar de los miedos, la vergüenza y el descrédito de todo su círculo social.

“En aquella ocasión no estaba en Roma, sino en el cuarto de baño del piso de arriba de la enorme casa que me acababa de comprar con mi marido en las afueras de Nueva York. Estábamos en noviembre, hacía frío y eran como las tres de la mañana. Mi marido dormía en nuestra cama. Yo ya llevaba unas cuarenta y siete noches consecutivas escondiéndome en el cuarto de baño y – exactamente igual que en las noches anteriores – estaba llorando a moco tendido. Ya no quiero estar casada. No quiero vivir en esta casa tan grande. No quiero tener un hijo”.

La historia está dividida en tres capítulos: el primero ocurre en Roma, donde Liz (la protagonista y la autora) experimenta el placer de comer, aprende a parlar el italiano y se divierte con la sobreexpresividad de los tanos. En el segundo viaja a Bombay, donde visita a un gurú e intenta meditar en un ashram, mientras nos enseña sobre mantras, meditación y tipos de yoga. Y en el tecero visita Bali, para conectarse con la naturaleza y encontrar el equilibrio y donde sin esperarlo se reencuentra con el amor. 

Fue un bestseller internacional que se llevó al cine cuatro años después, con Julia Roberts como la encargada de dar vida a Liz Gilbert, y Javier Bardem al empresario brasileño de quien ella termina enamorándose en la novela y en la historia real, y con quien vivió en Estados Unidos hasta hace poco más de dos años.

Pero la historia de amor de esta talentosa e impredecible mujer, no terminó ahí. En septimebre de 2016 publicó en su página de Facebook que se estaba separando de José Nunez (Felipe en la novela), porque se había enamorado de su mejor amiga. Rayya Elías, música y directora de cine estadounidense nacida en Siria y su amiga desde hacía 15 años, había enfermado de cáncer y estaba pasando un momento muy dificil. Juntas confesaron el amor que se tenían: “La muerte – o la perspectiva de la muerte – suele poner al descubierto todo lo que no es real. En este espacio de realidad cruda y absoluta, me encontré con esta verdad: no es que simplemente quiera a Rayya como amiga, es que estoy enamorada de ella. Y no puedo seguir negando esta verdad”, publicó en Facebook la reconocida escritora. Rayya murió en enero de este año, luego de una larga y difícil enfermedad y Elizabeth la homenajeó tantas veces como pudo en las redes sociales. Pueden ver algunas de sus publicaciones en su cuenta de Instagram @elizabeth_gilbert_writer y en su Facebook Elizabeth Gilbert. 

Con una vida amorosa muy movida, esta escritora supo capitalizar cada uno de sus aprendizajes y bajarlos al papel para compartirlo con sus lectores. Se rió de sí misma, de sus viejas creencias y de sus nuevos puntos de vista, de sus fracasos y de sus éxitos. Y todavía hoy, sigue enseñando con total transparencia cómo los aciertos y desaciertos son el camino obligado para una vida valedera, una vida que evoluciona, que cumple su función a medida que pasa el tiempo. Para que lleguemos al final mejor de lo que vinimos, porque de eso se trata, ¿o no?. Les sugiero que la busquen y la conozcan. Y si quieren, después me cuentan.


Alida Könekamp